"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

domingo, 5 de junio de 2011

Globalizar la lucha. En busca de consensos internacionales

En ocasiones me gusta imaginarme a mi mismo despegándome de La Tierra y yéndome hacia el universo, hacia las estrellas, de forma que pueda observar en conjunto lo que está ocurriendo aquí abajo. Parece una tontería, pero este ejercicio mental me ayuda a reflexionar sobre lo que ocurre en mi realidad particular para conectarla con otras realidades y verlas todas en un todo indivisible. Creo que es necesario que hagamos este ejercicio, esta reflexión, para poder colocar a las acampadas y el movimiento 15M en un contexto global, de forma que podamos exportar las ideas y principios que se están trabajando en cada plaza, de forma local y concreta, hacia el resto de la globalidad.

Desde el comienzo de las acampadas, las personas que allí han participado y siguen participado han iniciado una lucha fundamentalmente de lo concreto, de lo local. La revolución aquí y ahora, en nuestra realidad. Se han creado mil comisiones que poco tienen que ver, o al menos es difícil encontrar la conexión, con los principios por los cuáles muchos ciudadanos y trabajadores salieron a protestar el 15 de Mayo. Además, bajo mi punto de vista, se han ligado con error la creación de estas nuevas redes locales de participación al destino de las acampadas, convirtiendo las acampadas en un fin y no en un medio.

Algunos redactamos y leímos un manifiesto/propuesta desde la crítica al devenir que sufría entonces la acampada de Murcia (al decir entonces parece que estoy hablando de meses atrás, y en realidad estoy hablando de hace dos semanas, con la revolución todo se acelera, y lo que antes duraba meses, ahora se consigue en semanas). Este manifiesto venía a incidir en tres ideas fundamentalmente, trabajar en la creación de una estructura de participación en la que la asamblea general sea el centro de la toma de decisiones, extender esta estructura a los barrios desligándola de la existencia o no de la acampada, búsqueda de un consenso de mínimos estatal que permita aglutinar en torno a ellos el mayor número de personas posibles.

He comprobado con satisfacción como la acampada de Murcia, aunque inicialmente se sintió atacada con este manifiesto/propuesta, ha empezado a recoger y poner en práctica dos de las ideas que allí se planteaban. A saber, están mejorando sustancialmente la estructura de participación y funcionamiento poniendo a la asamblea general en el centro de la toma de decisiones y han comenzado a promover las asambleas de barrio. Sigo pensando que la acampada debería disolverse lo antes posible y mantener las asambleas de forma periódica, pero estos pasos hacia adelante me vuelven a reconciliar con un movimiento que estaba perdiendo su razón de ser.

Aún queda el consenso de mínimos, unos principios generales que nos sirvan de referente a todos. Yo he sido muy crítico con la actitud excesivamente localista de las acampadas, pero después de reflexionar en este sentido estos últimos días, creo que las acampadas están cumpliendo muy bien su labor en el conjunto de la lucha, crear redes locales de participación. Ambas vías, la vía local y concreta y la vía global y generalista son necesarias. Debemos entonces completar esta lucha local con principios generales de actuación que reúnan a su alrededor al mayor número de voluntades posibles, para luego a través de estas redes locales llevarlos a lo concreto, a lo práctico, adaptados a cada realidad.

En la búsqueda de estos consensos hay que tener en cuenta también los contextos globales, es más, lo importante es comprender y estudiar como nos afectan estas dinámicas globales. En mi opinión, es el sistema económico global el causante de esta falta de democracia y de justicia social. Desde los mercados se dirigen las políticas de los países chantajeándolos con la deuda soberana, haciendo que las pérdidas causadas por la especulación desmedida y salvaje sean pagadas y socializadas entre los que menos culpan tienen, los que menos (de todo) tienen. Este sistema económico global actúa en todo el planeta, y aunque pensemos que nada nos conecta con el Norte de África y Oriente Próximo, no es ni más ni menos que la misma causa que se manifiesta de formas diferentes en realidades diferentes. Ellos buscan democracia, nosotros buscamos más participación en la democracia que tenemos; pero las dos realidades buscan el mismo fin, evitar que unos pocos se enriquezcan a costa del bienestar de la mayoría. Y esos pocos son los mismos para ellos que para nosotros. La causa es global, la revolución debe ser global.

Leyendo los ocho puntos de Democracia Real Ya [1], si nos paramos solamente en los encabezados, nos daremos cuenta que son principios generalistas válidos no solamente para España, sino que podrían ser aplicados seguramente en cuasi cualquier país occidental.

Volemos entonces con nuestra imaginación en estos tiempos en lo que todo es posible y realizable hacia todos los lugares de Europa, el consenso de principios europeo no solamente es posible, sino que es necesario para que la lucha concreta que llevamos a cabo en las plazas de toda España llegue a buen fin. Derribemos de una vez las estúpidas fronteras imaginarias para hermanarnos de una vez con los trabajadores de todos los lugares de este continente. Hagamos real la consigna que nació en Grecia, Peoples of Europe, Rise Up!, los primeros que entendieron que solamente desde un sentimiento global y general de cambio, podremos realizar en lo concreto y lo práctico nuestros sueños.

El 15 de Octubre, fecha posible para una manifestación global convocada por Democracia Real Ya, es una buena oportunidad para encontrarnos con el resto de países. Salgamos todos bajo los mismos principios, no estamos tan lejos unos de otros.

Pedro Luis López Sánchez – Twitter @estrateglobal

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[1] Democracia Real Ya, Propuestas, http://www.democraciarealya.es/?page_id=234