"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

domingo, 30 de diciembre de 2012

Subjetivismo y medios de comunicación de clase

Debe recordarse al respecto lo que escribe Tolstoi en sus Memorias de infancia y de juventud: cuenta que estaba tan convencido de la concepción subjetivista de la realidad que a menudo sentía vértigo porque volvía súbitamente la cabeza persuadido de que podría captar el momento en que no vería nada porque su espíritu no podía haber tenido tiempo de «crear» la realidad.”

Notas críticas sobre un intento de «Ensayo popular de sociología», La llamada «realidad del mundo exterior», Antonio Gramsci

El joven Tolstoi el 1848, a los 20 años.


Medios de información alternativos dirigidos a la mayoría social se titulaba la charla - debate que se celebró ayer 29 de diciembre en la cafetería Ítaca de Murcia. Debo entender que la charla inicialmente estaba destinada a como afrontar o como llevar a cabo un proyecto de medio de comunicación dirigido a la «mayoría social». Indudablemente, la charla debería haber sido enfocada a responder una serie de cuestiones como qué entendemos por «mayoría social», por qué es necesario medios de comunicación dirigidos a esta mayoría y qué verdad contar en estos medios. Sin embargo, el debate desembocó en un intercambio de opiniones sobre el objetivismo y el subjetivismo en el periodismo, provocado seguramente por el variopinto tipo de inquietudes que allí se dieron cita. Pocas conclusiones, aún así es posible que si resolvemos el debate sobre el subjetivismo se puedan abordar las otras cuestiones de una manera más sencilla o más clara.

Para hablar de subjetivismo necesariamente hay que hablar de idealismo. No es propósito de este artículo hacer un repaso extenso de la filosofía idealista, pero quizá algunas pinceladas no vendrían mal. Para los filósofos idealistas, la realidad se explica a través de las ideas, esto es, el mundo está lleno de ideas que el ser humano va descubriendo a través del uso de la razón. Todo nuestro sistema de valores y político está basado en esta base filosófica, de esta manera tenemos ideas universales como verdad, justicia, libertad, progreso.

Si yo preguntara en el foro que se dio cita ayer si le parece justo o injusto que se desahucie a familias, seguramente la mayoría (sino todos) de los presentes me diría que no es justo. Si yo hubiera hecho esta misma pregunta a las mismas personas en el 2006 (año previo a la crisis y a la aparición de las PAH's), posiblemente a la mayoría le seguiría pareciendo injusto, pero también es muy probable que las proporciones sean distintas. La cosa cambiaría radicalmente si yo hiciera esta misma pregunta en un foro de grandes empresarios y banqueros, seguramente me intentarían convencer, me razonarían, que es justo que los bancos cobren sus deudas ya que han prestado un dinero que ellos gestionan, a cambio de una devolución a plazos más un legítimo interés, es justo que intenten recuperar su dinero usando para ellos todos los medios a sus disposición.

He aquí una contradicción en el sistema filosófico idealista, si existe una justicia universal y perceptible por todo ser humano a través de la razón, ¿como es posible que personas de una misma sociedad tengan un razonamiento tan distinto sobre un supuesto concreto?, ¿a qué se debe este divorcio?. Seguramente a la realidad material en la que uno vive, es decir, a la condición social. Nos empezamos a dar cuenta ahora que, como titulaba el periódico La Marea en su edición de enero de 2013 [1], «las leyes (están) al servicio del capital», una minoría social. Es decir, el capital, los grandes empresarios y banqueros han logrado imponer su subjetividad y la han positivado (la han recogido en leyes escritas) para hacerla objetiva a los ojos de todos.


En el caso de la verdad y el periodismo ocurre tanto lo mismo. Debemos partir del hecho que los grandes medios de comunicación son propiedad de grandes empresarios y bancos. De esta manera ellos «crean» su realidad y nos la venden al resto de la población. Existe una frase anónima escrita en un muro que resumen muy bien esta idea: «Nos mean y los diarios dicen que llueve». Esta contradicción es cada vez más evidente; ellos hablan de prima de riesgo, pero nosotros hablamos de desahucios; ellos hablan del mapa del tiempo, nosotros del mapa de las protestas; ellos hablan del IBEX 35, nosotros de precariedad; ellos hablan de Carromero, nosotros de Alfon; ellos crean un montaje sobre la izquierda poliédrica [2], nosotros hablamos de la violencia policial.

No podemos exigir a los grandes medios que cuenten nuestra verdad, que de vez en cuando lo hacen con cuenta gotas para aparentar objetivismo, ya que están en manos de propietarios que imponen su verdad para perpetuar un sistema que les beneficia. Constatamos pues que necesitamos de dotarnos de medios de comunicación que cuenten nuestra realidad subjetiva (seguramente no como la entendía el joven Tolstoi, pero subjetiva al fin y al cabo). Medios de comunicación dirigidos a la mayoría social que vive de un sueldo – pensión o está parada o precaria y que sufre día tras día los envites del capital y los efectos de una crisis que no han provocado pero que sin embargo están pagando. Necesitamos de medios de comunicación para transformar la sociedad según la realidad que construimos como clase social.

Pedro Luis López Sánchez, @estrateglobal

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[2] Varcárcel: «Es producto de la izquierda poliédrica», La Verdad, http://www.laverdad.es/murcia/v/20110119/region/valcarcel-producto-izquierda-poliedrica-20110119.html

lunes, 24 de diciembre de 2012

La polarización del tablero político en tiempos de crisis orgánica

Publicado en Kaosenlared.net

Extractos del Príncipe Moderno de Antonio Gramsci
Se plantea el problema de si los grandes industriales tienen un partido político permanente y propio. Creo que la respuesta tiene que ser negativa. Los grandes industriales se sirven de todos los partidos existentes, según la ocasión, pero no tienen un partido propio. Esto no quiere decir que sean «agnósticos» o «apolíticos»: lo que les interesa es un determinado equilibrio, que obtienen precisamente reforzando con sus medios, en cada ocasión, ora uno, ora otro de los partidos del multivario tablero político (con la excepción, naturalmente, del partido antagonista, cuyo reforzamiento no les interesa ni siquiera desde el punto de vista táctico). Ahora bien, si esto es lo que ocurre en la vida «normal», en los casos extremos – que son los que cuentan, en definitiva (como la guerra en la vida nacional) – el partido de los grandes industriales es el de los agrarios, los cuales, en cambio, tienen un partido propio permanente.
[…]
Este principio tiene importancia política porque la verdad teórica de que toda clase tiene un solo partido se demuestra, en los momentos decisivos, por el hecho de que diversos agrupamientos, cada uno de los cuales se presentaba como un partido «independiente», se reúnen y forman un bloque único. La multiplicidad existente con anterioridad era sólo de carácter «reformista», es decir, se refería a cuestiones parciales; en cierto sentido era una división del trabajo político (útil, dentro de sus límites); pero cada parte presuponía las demás, hasta el punto de que en los momentos decisivos, esto es, cuando se han puesto en juego las cuestiones principales, la unidad se ha formado y se ha verificado el bloque.”
Industriales y agrarios, El Príncipe Moderno, Antonio Gramsci
Antonio Gramsci

En un primer lugar habría que verificar si realmente estamos en un momento extremo, de crisis orgánica. El Subcomandante Insurgente Marcos, en su comunicado de diciembre de 2012, lo define muy bien: «A quien corresponda: ¿Escucharon? Es el sonido de su mundo derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo. El día que fue el día, era noche. Y noche será el día que será el día. ¡Democracia! ¡Libertad! ¡Justicia!» [1]. En realidad, para ellos, los grandes empresarios y banqueros, no ha cambiado nada, para nosotros, los trabajadores, ha cambiado todo. Ellos siguen haciendo lo que saben hacer, enriquecerse buscando nuevos mercados donde poder invertir, especular (estos nuevos mercados son educación, sanidad, pensiones); solo que ya no pueden hacerlo sin que sea evidente que esta forma de vida supone la pobreza y miseria de la mayoría de la población. No son ni buenos ni malos, simplemente la consecución de sus intereses va en contra de los intereses de la mayoría de la población, y en este momento de gran crisis, se muestra ante los ojos de todos esta gran contradicción del capitalismo.

Como hemos estado observando durante estos años de democracia se han ido alternando en el poder dos partidos políticos, PSOE y PP, con el apoyo de otros partidos de carácter regional, PNV y CiU, todos ellos promocionados en cada momento por grandes medios de comunicación, propiedad de grandes empresarios y bancos, perdonado deudas; los dirigentes de todos ellos han sido «premiados» con puestos en consejos de administración de rentables empresas privatizadas por ellos mismos, etcétera. Durante todo este período de vida «normal» en donde no estaban en juego las cuestiones principales (ya que a base de crédito fácil había rentabilidad sin afectar, aparentemente, a la vida del resto de la población), el partido de los grandes empresarios y banqueros han sido todos ellos, es decir, desde los partidos conservadores («agrarios») hasta los partidos de carácter más liberal o social-liberal («industriales»).

Llegados a este punto de crisis orgánica, se verifica que el partido conservador («agrario»), de valores tradicionales y reaccionario se convierte en el polo de los grandes empresarios y banqueros, y el resto de partidos liberales y social-liberales se van polarizando también junto a este. El caso griego es característico, donde el PASOK, que apoya al partido conservador en el gobierno ND, está desapareciendo. Esto se debe a que, puestas en juego las cuestiones principales (esto es, propiedad y reparto de riqueza), los partidos liberales y social-liberales ya no sirven correctamente desde el punto de vista táctico a los intereses de los grandes empresarios y banqueros, y su carácter reformista no da solución a los problemas que se verifican en momentos de crisis orgánica. En España estamos asistiendo a esta misma polarización, donde el PSOE tiende a desaparecer, pues el reformismo no puede dar solución a las cuestiones principales y quién mejor representa los intereses de grandes empresarios y banqueros son los partidos conservadores, PP - PNV - CiU.

La cuestión principal es cual es el partido antagonista, como se forma y en base a que. Podríamos pensar que IU podría ser este partido antagonista, pero también verificamos que en post de la unidad en la X Asamblea no se han abordado las cuestiones principales, lo importante ha sido la unidad y no el programa. Días después se constata el error, ciertas corrientes siguen con las mismas tesis de épocas de vida «normal», buscando pactos con el que tiende a desaparecer, el PSOE [2], y con planteamientos reformistas a cuestiones parciales que no afrontan el conjunto de la problemática.

Otra forma de pensar nos viene a constatar que el partido antagonista existe, desunido y desorganizado, pero existe. Esto es, podemos considerar al partido antagonista como al conjunto de movimientos sociales, organizaciones de diferente índole y partidos políticos que si están afrontando la problemática en base a las cuestiones principales, esto es propiedad y reparto de riqueza (donde entra también en juego el impago de la deuda ilegítima y/u odiosa). Podríamos también considerar que una parte de IU podría estar dentro del partido antagonista. Entonces, la cuestión a plantear es, ¿cómo organizar el partido antagonista en base a un programa político que aborde las cuestiones principales, no de carácter reformista o parcial?. Seguramente se tejerá una nueva organización donde estén presentes partes de IU, pero no en base a una IU que lastra aún un reformismo actualmente inservible.

Pedro Luis López Sánchez, @estrateglobal

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[2] Llamazares apuesta por un frente de izquierdas con el PSOE para desbancar al PP, elDiario.es, http://www.eldiario.es/politica/Llamazares-izquierdas-PSOE-desbancar-PP_0_81891977.html