"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

sábado, 12 de mayo de 2012

Cuando la ideología es importante en el #12M15M



Nunca me gustaron las arengas. Me parecen un recurso estúpido, infantil y tiende a idiotizar a la gente, “no hace falta pensar, nuestro líder nos guía”. Quizá hoy alguno, haciendo uso de una gran oratoria, nos arengue para tomar el Ayuntamiento de Murcia al grito de “son todos unos corruptos”, y todos como borregos lo tomemos, le prendamos fuego y ya de paso construyamos una guillotina en la Plaza de la Revolución donde jugaremos al cabezacesto con algún político que se encuentre por allí, despistado, sin adivinar lo que se le venía encima, literalmente.

Tampoco me gustan los discursos del tipo no soy ni di izquierdas ni de derechas, soy apolítico, soy antipartido político. Tampoco los del tipo todos los políticos son unos corruptos, menos yo claro, que no soy político ni de izquierdas ni de derechas, soy un ciudadano como vosotros. Y por supuesto, tampoco los de esto lo tienen que llevar profesionales. Me huelen mal, rancio, esconden algo. Querría citar un extracto del discurso de José Antonio Primo de Rivera exponiendo los puntos fundamentales de Falange española, pronunciado en el Teatro de la Comedia de Madrid, el día 29 de octubre de 1933.

... El movimiento de hoy, que no es de partido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un antipartido, sépase desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas. Porque en el fondo, la derecha es la aspiración a mantener una organización económica, aunque sea injusta, y la izquierda es, en el fondo, el deseo de subvertir una organización económica, aunque al subvertiría se arrastren muchas cosas buenas. Luego, esto se decora en unos y otros con una serie de consideraciones espirituales. Sepan todos los que nos escuchan de buena fe que estas consideraciones espirituales caben todas en nuestro movimiento; pero que nuestro movimiento por nada atará sus destinos al interés de grupo o al interés de clase que anida bajo la división superficial de derechas e izquierdas. ...”

He aquí lo que se esconde, lo que está acechando aprovechándose del miedo y la rabia, el populismo, el fascismo. Vamos a quitar a los políticos, que son todos unos corruptos e ineficientes, y voy a ponerme yo que soy un ciudadano como vosotros. No. No se trata de esto, se trata de modificar las estructuras democráticas para que el pueblo pueda participar más activamente de la política y el bien común para evitar que se gobierne en contra de los intereses de la mayoría. ¿Y como se combate el populismo, el fascismo? Con ideología.

Para hablar de ideología hay que hablar de economía, porque la ideología política no es otra cosa que la idea que se tiene de como debería ser el sistema económico y bajo que principios se debe regir. De la economía hay muchas definiciones, pero para mí, un sistema económico en un cierto momento de la historia concreto determina qué se produce, quién lo produce, en qué condiciones se produce y luego como y en que proporción se reparte la riqueza producida. Fijaos que no podemos permanecer neutrales, no se puede decir no soy de izquierdas ni de derechas, soy apolítico, porque todos tenemos una idea de como sería más justo (o injusto, según sean las intenciones) el sistema económico. Es más, el sistema económico actual es tremendamente injusto, incluso llega al robo descarado de las clases productoras, y ante la injusticia la equidistancia te alinea con el agresor. Yo soy de la idea (o ideología) de que cada uno deberíamos producir según nuestras capacidades o posibilidades repartiéndonos el trabajo, y deberíamos recibir según nuestras necesidades, empezando por las más básicas (comida, ropa, vivienda, salud, educación, ...), repartiéndonos la riqueza. Seguramente haya muchos que no piensan como yo, perfecto, sentémonos y discutámoslo, pero no vale yo no soy de los unos ni de los otros, soy neutral, porque esto significa que lo que realmente piensa lo está escondiendo.

Queremos cambiar el mundo (aunque yo solamente aspiro a influir en las personas que tengo alrededor, a través de la palabra y el ejemplo), perfecto, debemos preguntarnos entonces qué mundo queremos. Para eso hay que leer, investigar, estudiar, informarse, ser crítico y confrontar las ideas con las personas que nos rodean. Porque ir a las manifestaciones y luego regresar a casa esperando a que me llamen para salir en la próxima, sin establecer ningún tipo de compromiso con las personas que nos hemos encontrado en la misma, no es más, como decía Gramsci, que el encuentro casual bajo el techo de un cobertizo en un día de tormenta. ¿Queremos cambiar el mundo?, ¿de verdad?, pues hay que informarse, leer, estudiar, organizarse y establecer un compromiso de lucha (y de vida) con los demás. A esto se le llama militancia, militancia política.

Hoy no debe ser solamente el día de la celebración del despertar del 15 de mayo pasado, hoy debe ser el día para madurar, para movilizarse, para tomar compromisos y para compartir ideas, ideología.

En la plaza, en todas las plazas.

Pedro Luis López Sánchez – Twitter @estrateglobal