"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

domingo, 27 de enero de 2013

La privatización como la perfección de la corrupción

Si la corrupción es el trasvase de dinero público a una minoría privada en contra de los intereses de la mayoría, habiendo de por medio el enriquecimiento ilegítimo - e ilegal - del gestor del dinero público; la privatización es su máxima expresión, su máxima perfección, su forma legal (que no legítima). Ya que la privatización - externalización en neolengua, palabra que no existe en nuestro diccionario - es el trasvase de dinero público a una minoría privada en contra de los intereses de la mayoría donde existe el enriquecimiento ilegítimo - pero intencionadamente legal - del gestor del dinero público que hizo la privatización a través del fenómeno denominado de “puertas giratorias”.

La difícil identificación de la privatización como corrupción se debe principalmente a que el enriquecimiento ilegítimo no se da en el mismo espacio de tiempo del acto ilegítimo y su forma legal hace aparentar como legítimo aquello que para la subjetividad de la mayoría no lo es.

Pedro Luis López Sánchez, @estrateglobal