El término “república
bananera” originariamente se utilizaba como referencia a una
dictadura que apoyaba (a cambio de sobornos) la explotación agraria
mediante el monocultivo a gran escala, sin atender a las condiciones
de vida de los habitantes del país. El término “bananera” se
refiere a la generalización del monocultivo del plátano por toda
Centroamérica por parte de la United Fruit Company, la cuál
ejercía una gran influencia en la región desde finales del siglo
XIX hasta los años setenta del siglo pasado mediante el chantaje, la
extorsión y el soborno a gobernantes. Después, el término se
generalizó para referirse de forma peyorativa a cualquier tipo de
sistema político corrupto, inestable, débil y empobrecido que se
pliega a los deseos de expolio de los recursos naturales por parte de
las multinacionales. Es curioso el uso de la neolengua,
últimamente se utiliza el término en caso contrario, es decir, se
usa para referirse a países con gobiernos fuertes que deciden
recuperar el control de la explotación, y sin embargo, a los países
que siguen permitiendo el control de las multinacionales, incluso a
costa del bienestar de su población, se les trata de serios, de
respetuosos de las leyes internacionales.
Tengo la convicción de
que los pueblos tienen todo el derecho a vivir de los recursos
naturales de la zona donde habitan, por lo tanto, tienen derecho a
exigir que la mayor parte de los beneficios de la explotación de sus
recursos naturales por una multinacional repercutan en su país. Es
más, tienen todo el derecho del mundo a utilizar y disponer de sus
recursos naturales como estimen más oportuno para superar las
dificultades que les puedan surgir y en post del interés general. No
hace falta irse a Argentina para debatir sobre este extremo, pues en
la propia Constitución Española se establece lo siguiente:
Artículo 128.1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas
y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés
general.
Por lo tanto, Argentina,
representada por su gobierno, tiene todo el derecho a recuperar el
control de sus recursos petrolíferos y disponer de ellos como mejor
le parezca. Aún así, profundicemos un poco y hablemos del otro
extremo, de Repsol.
Repsol actualmente es una
multinacional con sede en España. Sin embargo, desde mi punto de
vista, no es española, ya que más de la mitad del accionariado es
de origen extranjero [1]. Del beneficio que declara a nivel
internacional, solamente el 25% lo declara en España a un tipo
impositivo por debajo del 30%, el tipo nominal del impuesto de
sociedades [2]. El beneficio de toda la empresa solo se reparte
fundamentalmente entre los accionistas mientras sus trabajadores ven
como sus sueldos como mucho se mantienen respecto al IPC [1]. Por si
fuera poco, opera en paraísos fiscales [2]. Repsol ha sido condenada
por el Tribunal Permanente de los Pueblos por violar sistemáticamente
los derechos de los pueblos indígenas en América Latina y es un
agente importante en el calentamiento global [3]. En resumen, Repsol
solo busca el beneficio a corto plazo de sus accionistas sin tener en
cuenta cualquier otra consideración, son unos buitres expoliadores
de recursos naturales.
Concretando en Argentina,
Repsol compró YPF en 1999 muy por debajo de su valor, previamente
saneada con dinero público argentino y aprovechándose de la crisis
de deuda que entonces sufría Argentina. Sí, efectivamente, lo mismo
que está ocurriendo en España con las Cajas de Ahorros. Incluso si
ahora el gobierno argentino decidiera no pagar nada a Repsol, a
Repsol le saldría un saldo positivo de 8.813 millones de dolares con
respecto a los 13.158 millones de dolares que pagó por YPF en 1999
[3].
El gobierno español,
cuando defiende los intereses de Repsol, está defendiendo los
intereses de los accionistas de Repsol, más de la mitad extranjeros.
Yo particularmente no tengo acciones de Repsol, que yo sepa el estado
español no tiene acciones de Repsol y Repsol no nos deja la gasolina
más barata por ser españoles. El gobierno español y buena parte de
los medios de comunicación españoles están defendiendo los
intereses de una oligarquía española y extranjera, quizá porque
ellos mismos son esa oligarquía, o amigos o tienen intereses
compartidos.
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Explicación gráfica del motivo del peloteo de El País a Repsol YPF |
Es posible que el
gobierno argentino de Cristina Kirchner, haciendo uso de cierto
populismo, esté recuperando el control de YPF para luego dejarlo en
manos de cierta oligarquía argentina cercana a su gobierno, no lo
niego, pero esto es un problema que atañe exclusivamente a los
argentinos. Son pugnas entre capitalistas en las cuáles los
trabajadores españoles no tenemos nada que ver.
Pero para populismo y
cortinas de humo, la monarquía parlamentaria bananera de España, un
país de “playa, ladrillo, prostitución, drogas, casino,
corrupción, elefantes, pelotas de goma, especulación, deudocracia,
pandereta” [4], donde el jefe
del estado, el rey bananero elegido por el dictador bananero elegido
a su vez por la gracia de Dios, se va a matar elefantes a Bostwana y
resuelve el asunto con un “lo siento, no volverá a
ocurrir” y donde el gobierno
bananero, en un país salpicado de corrupción por todas partes, se
dedica a defender los intereses de la United Fruit Company
de turno alegando que lo hace por el interés general.
Y
mientras tanto, en la monarquía parlamentaria bananera de España,
se hacinan a los estudiantes en las escuelas, se reducen el número
de profesores y se establece el repago en los medicamentos, llegando
incluso a establecer que los pensionistas paguen un 10% del precio de
los mismos.
La
monarquía parlamentaria bananera de España, donde se habla del rey
bananero y de la Repsol Banana Company,
mientras los trabajadores perdemos nuestro bienestar y empeoramos
nuestras condiciones de vida.
Pedro
Luis López Sánchez – Twitter @estrateglobal
-
[2] La
nacionalización de YPF, filial de Repsol, por el gobierno de
Argentina, Alberto Garzón Espinosa, Pijus Economicus,
http://www.agarzon.net/?p=1804