"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

sábado, 28 de mayo de 2011

El peligro de La Ola en #acampadamurcia

La propuesta es clara, la Asamblea General de la Acampada de Murcia debe ser la única con poder de decidir y las comisiones deben ser únicamente órganos de propuesta y ejecución. Digan lo que digan, yo he estado allí, y en los últimos días nada, absolutamente nada se ha votado en la Asamblea General y todas las decisiones se han tomado en las comisiones. Lo único que se ha hecho en los últimos días en Acampada de Murcia es arengar a las masas para que aplaudan las intervenciones de los ponentes, actitudes más propias del fascismo que de los que nos alzamos el 15 de mayo en busca de más democracia, participación y transparencia.

Ayer 27 de Mayo usé el micro abierto para advertir de está situación, desgraciadamente la propuesta que hice ni siquiera ha sido reflejada en el acta de este día publicada en el blog de la acampada. Os dejo el texto de mi intervención.

Por favor, reflexión.

¿Alguien ha visto la película de La Ola? ¡Vamos!, animaros, que aquí no se viene solamente a escuchar y a aplaudir o hacer gestos, también se viene a participar.

A los que la habéis visto me alegro de ello, a los que no, os la recomiendo. La película trata de un profesor que imparte clases a adolescentes en un pueblecito de Alemania. En el trascurso de una clase plantea a los alumnos la siguiente cuestión, ¿creéis que el fascismo se podría dar en nuestra época?, ¿ahora en Alemania? Los alumnos obviamente pues respondieron lo que seguramente muchos de nosotros hubiéramos respondido, que no, que era imposible, que estamos en democracia, ... Ante esta respuesta el profesor decide hacer con los alumnos un experimento sociológico, les hace formarse como grupo, con unos ideales, unos símbolos como esta camisa blanca y el gesto y al final, bueno, no voy a contar el final por si alguien quiere verla pero demuestra lo fácil que movimientos tan despreciables como el nazismo y el fascismo pueden darse en la actualidad. La película está basada en hechos reales.

Voy a intentar transmitiros una reflexión que llevo haciendo estos días atrás y bueno, he decido armarme de valor para plantarme aquí y decirla en voz alta. Seguramente diré cosas que os gusten más y otras que os gusten menos, si dijera algo que os gustara mucho os pediría que no aplaudieseis ni hicieseis gestos, solo quiero que escuchéis durante 3 o 4 minutos.

No se si conocéis como surgió el fascismo en Italia, pero nació de movimientos sociales, nació de movimientos de trabajadores, y en época de crisis, como lo que está sucediendo ahora. Mussolini se ve que era un ser atrayente, hasta Gandhi, el Gandhi del que todos hemos oído hablar, después de una visita a Italia dijo de él que era un verdadero superhombre, alguien inalcanzable. Y sin embargo fijaros en todo el dolor y el sufrimiento que generó el fascismo y el nazismo.

Es fácil dejarse llevar por las arengas, por el fervor de la lucha; pero la línea que nos separa del fascismo es más delgada de lo que parece. Con esto no quiero decir que esté ocurriendo en este momento, es más, la organización de la acampada me merece un gran respeto por la gran labor que están realizando, lo mejor que saben y de forma desinteresada. No, pero muchos subirán aquí donde estoy yo, y seguramente en un primer momento tendrán buena voluntad, y los reconoceréis porque dirán que confiéis en ellos, que ellos saben como poner en su sitio a los políticos, que tengáis paciencia que acabaremos con ellos, y por qué no, que los pasaremos a todos por la guillotina. Tenéis que recordad que el verdadero ser del revolucionario parte de un amor profundo al ser humano, de un humanismo radical, y no del odio. Hay que estar atentos porque quizás, cuando nos demos cuenta ya no se pueda rectificar.

La única vacuna contra esto es que seamos críticos con todo lo que acontece a nuestro alrededor y no nos dejemos llevar. Tenemos que pensar todos, aquí y ahora por qué estamos aquí, que nos ha traído hasta aquí, que es lo que nos motiva a estar aquí y actuar en consecuencia con ello. Yo os voy contar que me ha traído hasta aquí, me ha traído el ansía de democracia, participación y de transparencia.

Volviendo con Gandhi, él dijo que no hay camino para la paz, que la paz es el camino; y yo diría que la democracia no está allí lejana y debemos alcanzarla, no, sino más bien que la democracia, la participación y la transparencia son en sí mismas el camino. No podremos gritar a la sociedad que queremos todos estos principios, que confiamos en ellos, que creemos en ellos, si no hacemos gala de esta democracia, aquí, en esta plaza, ahora, entre todos.

Sed muy celosos con estos principios, sed muy críticos, que no os los roben, tened siempre presente que os trajo aquí y actuad en consecuencia. Esto es corresponsabilidad de todos.

Como seguramente estos conceptos que acabo de transmitir son un poco abstractos, para llevarlos a la práctica, para que practiquemos en esta plaza la democracia, la participación y la transparencia, propongo que las conclusiones y las acciones de las comisiones, la creación de nuevas comisiones y los comunicados de la acampada deban ser debatidos y votados aquí, en esta asamblea general, antes de ser llevados a la práctica.

El gesto de levantar o no la mano en señal de voto es lo que realmente da miedo, es lo que realmente tiene fuerza. Aplaudir y gritar, bueno, está bien, te hacen identificarte con una idea, pero no deja de ser como espectador de un espectáculo, de un show, como cuando se aplaude a un equipo de fútbol en el estadio. Pero alzar la mano en señal de voto no solo te hace ser partícipe, sino que te hace ser corresponsable de lo que se vota, adquieres un compromiso con lo votado.

Yo, entre otras razones, pero principalmente, salí el 15 de mayo y vengo aquí para poder decidir nuestro futuro colectivo, entre todos. Hagámoslo realidad, aquí, ahora, ya.

Gracias.”

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