No querría dejar pasar esta jornada de reflexión sin reflexionar, valga la redundancia. Seré breve, la intención es poner encima de la mesa una serie de medidas económicas que, a mi modesto modo de entender, puedan darnos una salida alternativa y social a la crisis.
Si os fijáis, todos los análisis económicos que aparecen en los grandes medios de comunicación de contertulios y demás fauna capitalista parten de una premisa, el problema es que no hay confianza en los mercados y hay que restaurar esta confianza con medidas de ajuste para recuperar la inversión, el crecimiento económico y por lo tanto el empleo y el consumo. Como escribí en el artículo “La gran estafa o funcionamiento básico del capitalismo” [1], para mí, la falta de confianza y la crisis financiera es una consecuencia, no la base del problema; una consecuencia de las crisis generales de sobreproducción capitalistas y por lo tanto del sistema productivo capitalista que está basado en el interés particular y en la propiedad privada de los medios de producción. Por lo tanto, partiendo del hecho que lo que se debe poner en cuestión es el propio sistema productivo capitalista, dejo para el debate algunas medidas que me parecen fundamentales.
Auditoría pública de la deuda y rechazo de la deuda ilegítima.
No voy a profundizar mucho en este tema sobre todo porque Eric Toussaint, fundador del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), lo explica bastante mejor que yo. Os dejo un vídeo suyo.
Querría enriquecer este apartado afirmando que, para mí, si una comunidad autónoma se ha endeudado para construir un aeropuerto que luego no se pone en funcionamiento, y se demuestra que la construcción del aeropuerto ha beneficiado a unos empresarios a cambio de suculentas comisiones en ciertas tramas corruptas, la deuda contraída por la comunidad autónoma es ilegítima pues no ha ido en beneficio de la sociedad, sino totalmente lo contrario, en su perjuicio.
Reforma fiscal. Lucha contra el fraude y los paraísos fiscales.
En los últimos 20 - 30 años se ha estado beneficiando fiscalmente a las clases más pudientes de los países desarrollados. Hasta tal punto ha llegado este despropósito, que Warren Buffet, multimillonario estadounidense, ha llegado a afirmar que en la actualidad paga menos impuestos que su secretaria. Hace falta una reforma fiscal más progresiva mediante la cuál, los que realmente se han estado beneficiando de los continuos beneficios fiscales en los últimos 20 años, aporten, o mejor dicho, devuelvan a las arcas de los estados estos capitales.
En esta línea es necesario endurecer las penas por fraude fiscal y una lucha efectiva contra los grandes defraudadores. Basta ya de acuerdos si devuelven parte del dinero defraudado, si se demuestra que se ha defraudado grandes capitales refugiándose en paraísos fiscales, directo a la cárcel, y si devuelven el dinero defraudado se les bajará la condena, pero en la cárcel una temporada pasarán.
¡Ojo!, en este punto no seamos demagógicos. Está claro que muchos defraudan a hacienda en su pequeña realidad personal y que habrá que acabar con todo tipo de fraude, pero primero vamos a por los grandes defraudadores y después vamos bajando hacia los pequeños defraudadores. No vayamos a comparar ahora aquí al Sr. Botín con el pequeño autónomo que no tiene más remedio que no hacer facturas si quiere trabajar y sobrevivir.
Nacionalización de ciertos sectores estratégicos del país: energía, transportes, banca pública.
Antes de que alguien me mente la constitución de la Unión Soviética, voy a recordaros el artículo 128.1 de la Constitución Española de 1978: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.”
Entiendo que la nacionalización es la única forma de volver a tomar el control de la economía del país, usando la banca pública como herramienta para el cambio del modelo productivo capitalista.
Democratización de los sectores productivos a través de la financiación pública de cooperativas de trabajo asociado.
Insisto, antes de que alguien me mente de nuevo la constitución de la Unión Soviética, voy a recordaros otro artículo de la Constitución Española de 1978 que me gusta especialmente, el 129.2: “Los poderes públicos promoverán eficazmente las diversas formas de participación en la empresa y fomentarán, mediante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas. También establecerán los medios que faciliten el acceso a los trabajadores a la propiedad de los medios de producción”.
La idea es la utilización de la banca pública para la democratización de los medios de producción, y pasar de un modelo basado en la PYME a un modelo basado en cooperativas de trabajo asociado.
La banca pública solamente financiará proyectos cooperativistas. La banca pública dispondrá de asesores especializados que supervisen y ayuden en el proceso de creación de dichas cooperativas.
Si una sociedad limitada o anónima deseara acceder a la financiación pública, deberá convertirse en una cooperativa. Una sociedad limitada o anónima siempre podrá buscar financiación en el sector bancario privado si no quiere convertirse en una cooperativa.
Si una cooperativa deseara convertirse en una sociedad limitada o anónima en cualquiera de sus formas, automáticamente perderían la financiación pública y deberán devolver todas las ayudas y beneficios fiscales acumulados.
Una sociedad limitada o anónima que quiebre podrá ser rescatada por la banca pública convirtiéndose en una cooperativa, pasando todo el patrimonio de la sociedad limitada o anónima a manos de la cooperativa recién creada y bajo el control de los trabajadores cooperativistas.
Una banca privada que quiebre podrá ser rescatada y absorbida por la banca pública, pasando todo el patrimonio a la banca pública tras una auditoría transparente sobre las deudas contraídas por la banca privada.
En resumen, las medidas económicas no solamente deben ser parches para mantener un sistema productivo caduco y que se ha demostrado por los hechos que no funciona. Las medidas económicas que se tomen en un futuro proceso constituyente más que probable (y aquí estoy haciendo de medium), deberán ser medidas de largo recorrido encaminadas a resolver la base fundamental de las crisis capitalistas, la propiedad privada sobre los medios de producción.
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