"Una de las manifestaciones más típicas del pensamiento sectario (...) es la de creer que siempre se pueden hacer determinadas cosas incluso después de haber cambiado la «situación político-militar»."
Manifestaciones de sectarismo, Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno, Gramsci
Tras el anuncio del cese definitivo de la lucha armada por parte de ETA, la realidad político-militar del País Vasco ha cambiado. La estrategia planteada hace años por ETA y por la izquierda abertzale de socializar el dolor ha fracasado. Más allá de debates insulsos sobre el relato, vencedores y vencidos y demás cuestiones absurdas y artificiales creadas para el consumismo dialéctico de contertulios y demás personajes del show mediático; es necesario un análisis, siempre desde una perspectiva revolucionaria, sobre las equivocaciones que han producido tanto dolor y sufrimiento, y que en definitiva, han actuado como elementos regresivos o reaccionarios, es decir, han contribuido a la desmovilización de la izquierda revolucionaria y al mantenimiento del status quo imperante, el orden existente.
Quisiera centrar mi análisis en dos aspectos, el uso de la violencia y el derecho de autodeterminación como medio de consecución del "estado" socialista en el País Vasco.
El estado moderno mantiene el monopolio de la violencia, y este monopolio sustenta la legitimidad de su uso para mantener el orden existente. Un movimiento que quisiera poner en cuestión el orden existente tendría que progresivamente tener más capacidad de violencia y mantener fuertes vínculos con los movimiento sociales y organizaciones políticas afines, con la masa crítica. No siendo así, se corre el riesgo de legitimar al estado moderno en cada acción violenta, perdiendo cada vez más los vínculos con la base social, como efectivamente ha ocurrido en el caso de ETA. Es más, desde una perspectiva revolucionaria, el uso de la violencia no es gratuito, en realidad, el uso de la violencia debería darse en legítima defensa y esta percepción debería ser compartida por la masa social crítica que sustenta el partido. Me explico, la violencia en el acto revolucionario no viene dada con el objetivo de la imposición de un nuevo orden, la violencia viene dada en defensa de la nueva filosofía ya asumida por una parte importante de la masa social. Es decir, solamente cuando una parte importante de la masa social esté concienciada se podrá actuar en legítima defensa cuando el orden ya antiguo aplique violencia para mantenerse.
Volviendo a la cuestión de ETA, es posible que hasta la disolución de ETApm en 1986 el uso de la violencia estuviera ampliamente aceptado por la masa social en legítima defensa de las agresiones sufridas por el régimen franquista. Aún así, la dirección de ETApm supo ver que la realidad político-militar del País Vasco y de España estaba en proceso de cambio o había ya cambiado, y que por lo tanto, la estrategia debería cambiar. Desgraciadamente no supo frenar la inercia sectaria del movimiento. Esta inercia sectaria se tradujo en intentar seguir con la misma estrategia violenta aún cuando la realidad político-militar había cambiado. Esta es la equivocación ideológica que ha causado tantísimo dolor y sufrimiento, pero no sólo, sino que ha contribuido al mantenimiento del orden existente, ha actuado como un factor regresivo y contrarrevolucionario.
Aún así no querría quedarme solamente en un análisis superficial del partido político de la izquierda abertzale, entendido éste como el conjunto de la masa social, los dirigentes y el nexo ideológico que los une. Querría analizar este tercer aspecto, el nexo ideológico, el supuesto derecho de autodeterminación del pueblo vasco. La cuestión nacional y el presunto "derecho de autodeterminación de las naciones" dentro de la lucha obrera surge en el Congreso de Londres de 1898 a instancias del PSP (Partido Socialista Polaco), que solicitaba la independencia de Polonia como exigencia del socialismo internacional. El derecho de autodeterminación de Polonia siempre se analizó dentro del socialismo científico como una cuestión estratégica. Desde Marx y Engels hasta las posiciones contrapuestas de Rosa Luxemburgo y Lenin, la cuestión venía analizada en función de como las reivindicaciones nacionales polacas podrían ser un elemento regresivo o progresivo para las revoluciones burguesas que recorrían Europa, y en contra del elemento considerado más reaccionario entonces para dichas revoluciones, la Rusia zarista. Las reivindicaciones del PSP no fueron asumidas por ningún partido presente en el congreso por su escaso contenido práctico y ninguna reivindicación nacional dentro del movimiento obrero ha sido tomada nunca en términos absolutos. Por lo tanto, en la actualidad, la cuestión nacional dentro del marxismo y del socialismo científico debe analizarse en función de si actúa de forma regresiva o progresiva hacia un cambio de modelo económico enfrentado al capitalismo globalizado. Creo que no solo la reivindicación del derecho de autodeterminación está actuando como elemento regresivo ante el surgimiento de fuerzas sociales globalizadas, sino que las propias fronteras nacionales existentes son elementos reaccionarios. La humanidad se encamina hacia una única nación globalizada, el sujeto histórico de este cambio es el proletariado internacional que se rebela contra la explotación económica en todas las partes del planeta y en contra de las clases dominantes globalizadas, y no de otras nacionalidades.
Por lo tanto, mantener la cuestión nacional y el supuesto derecho de autodeterminación como eje programático de la izquierda revolucionaria en el País Vasco es caer de nuevo en el pensamiento sectario; entendido este como el uso de la misma estrategia y las mismas proclamas en una realidad político-militar totalmente cambiada respecto a la existente en el momento del nacimiento de la izquierda abertzale como movimiento social o partido político, y bastante más alejada del capitalismo existente antes del proceso de globalización económica.
Quizá ETA y la izquierda abertzale deban apagarse y desaparecer para dejar sitio de crecimiento a una izquierda revolucionaria que no esté centrada en la cuestión nacional y el derecho de autodeterminación, sino en la superación de las cárceles que suponen las fronteras nacionales para el surgimiento y organización de un movimiento obrero internacional que de respuesta a los retos que supone un capitalismo globalizado dirigido por entidades supranacionales.
Me parece interesante el artículo, yo creo que hay muchos mitos con ETA, ya engañan a pocos, bueno a algún descerebrado comentarista del Diario Público, que vive de hacer campaña, en fin.
ResponderEliminarEz dakit zer pasatzen den
ResponderEliminarazken aldi hontan
jendea hasi dela dantzatzen sarritan
zerbait ikustekoa du
bi falta direlakoz...
Anónimo, gracias por el interés, :)
ResponderEliminarPatxi, el romanticismo está muy bien para motivarse, y si es con ska mejor, pero no solo del romanticismo se vive.