"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

jueves, 25 de julio de 2013

Los trabajadores, el pueblo, siempre el pueblo, digno, solidario

Publicado en Kaosenlared.net

Una reflexión improvisada sobre el accidente ferroviario en Santiago de Compostela



Esto no solo ha sido la tragedia del accidente ferroviario en Santiago de Compostela, esto ha sido la tragedia de todo un país.

A las nueve menos cuarto de la noche descarrila un tren de alta velocidad a 2 kms. de la estación de Santiago de Compostela, en una curva que ya se calificó en su momento por los técnicos del Ministerio de Fomento como "díficil".

Más de una hora después, mientras ya se estaba informando en las televisiones extranjeras sobre el accidente, ninguna de las cadenas de TV pública y privadas habían cortado sus emisiones para informar sobre, quizá, el accidente ferroviario más grave de las últimas décadas en España. A nivel estatal empiezan a informar 13TV e Intereconomía y empiezan las primeras imágenes morbosas de cadáveres y las especulaciones de si ha sido un atentado. Si no fuera uno mal pensado pareciera como si esperaran que realmente lo fuera. 

Dos horas después del accidente empieza a informar RTVE 24h y se les cuela imágenes del accidente de Chinchilla del 2003, hasta ese momento solamente estaban emitiendo imágenes de vídeo aficionado y no habían podido comunicarse con el enviado en Galicia.


Casi tres horas después Renfe pone por fin un teléfono a disposición de los familiares. Casi tres horas después La Primera, la televisión pública, la de todos, se digna a cortar la emisión para dar información sobre el accidente (el resto de TV privadas siguen con su emisión enlatada de verano). La situación es dantesca y dolorosa, los servicios de seguridad del Estado (aquí si son necesarios, los cien antidisturbios de esa misma mañana para desalojar a una pareja y sus dos hijos pequeños en Madrid no), los servicios de emergencia y hospitales sobrepasados. Por cierto todos estos trabajadores públicos, funcionarios, sí, los privilegiados, los gandules son los que salvan vidas. Sí, efectivamente, aquellos a los que se les recorta, se les machaca con bajadas de sueldos y aumento de horarios son los que sin ser su turno no dudan en acudir al hospital o al centro de emergencias para echar una mano por si hace falta.

Ante este accidente tan grave y con tanto herido, se hace un llamamiento para que la gente vaya a donar sangre, necesitan sobre todo personas A- y 0- con carné de donante (para evitar el trámite de papeleos). En vez de informar, Intereconomía se dedica a pedir oraciones a sus televidentes y el Community Manager de RTVE se equivoca y hace un llamamiento para que la gente vaya a donar ¡¿0+?!.


Empiezan a aparecer las primeras informaciones sobre las causas del accidente, error humano. Una curva que hay que darla a 80 kms/h, después de 80 kms. de alta velocidad en línea recta (180 - 200 kms/h) y sin ERTMS (European Rail Traffic Management System), un sistema de gestión del tráfico ferroviario que impide que un tren supere la velocidad máxima establecida o supere señales que indican parada; parecen ser que no son causas estructurales suficientes, cuando se han gastado millones de euros en AVE's que no usa nadie. No, las causas del accidente apuntan al error humano, que se lo coma el trabajador él solito.

Para terminar, Moncloa se equivoca, y mezcla el pésame por el accidente de tren en Santiago de Compostela con el terremoto de Gansu [1].

Y cuando solo cabe la rendición ante un Estado en descomposición ética, política e informativamente hablando; llegan las imágenes de las colas para donar sangre y la noticia de que todos los parques de bomberos de A Coruña desconvocan la huelga que tenían prevista para echar una mano en el accidente.

Foto de @ManOnTheMoon133
Los trabajadores, el pueblo, siempre el pueblo, digno, solidario; dando la cara a pesar de todo.

Pedro Luis López Sánchez, @estrateglobal

domingo, 7 de julio de 2013

La necesidad de la movilización social y de un proyecto político de ruptura

Últimamente se han acelerado los procesos de convergencia que llaman a la unidad de la izquierda, fruto quizá de la necesidad de victorias más allá de las pequeñas victorias parciales de por ejemplo la PAH, y fruto quizá, porque no decirlo, de la urgencia de conformar un proyecto político de cara a ofrecer una alternativa al régimen surgido del “consenso” del '78 que se descompone a marchas forzadas.

Pactos de la Moncloa


Habría primero que analizar que significó el pacto del '78. El pacto del '78 fue una reforma del régimen franquista por arriba en aras de darle un aspecto más democrático que permitiera la entrada de España en la OTAN y en una incipiente Unión Europea, y que no cambiase el status quo existente, es decir, que se mantuvieran intactos los privilegios de la oligarquía que controlaba la colonia española en la época franquista. Sí, la II República Española fue ocupada militarmente por el ejército que vino del sur, y es que este país tiene todas las características de un país colonizado.

Una casta política corrupta que como prioridad tiene la defensa y el mantenimiento de los privilegios de la oligarquía financiera y empresarial de este país y extranjera, unos sindicatos oficialistas tomados por el poder neoliberal dedicados a pactar continuamente el retroceso en derechos de los trabajadores, una burguesía más corrupta y desvergonzada si cabe que se dedica a parasitar al Estado que tanto critica; gasto innecesario en grandes infraestructuras cuyos únicos beneficiados son las grandes empresas adjudicatarias (aeropuertos sin aviones, trenes sin pasajeros, autovías sin coches), servicios públicos en un proceso acelerado de descomposición y liquidación a través de privatizaciones generalizadas, industria vendida y deslocalizada, ruina agraria con la tierra concentrada en menos manos que en la España del '36, un paro insufrible, y un monocultivo particular, el ladrillo, que tuvo una fuerte inversión nacional y extranjera lo cual alimentó la burbuja que terminó por explotar, inversores que exigen ahora su devolución con intereses poniendo al Estado y a todos los trabajadores de este país como garantes de ese pago a través de la reforma del artículo 135 de la Constitución Española. En resumidas cuentas, la Monarquía Ladrillera de España.

Aeropuerto de Castellón


Los mecanismos de control también cambiaron como en un país colonizado, de la tutela y amenaza continúa del ejército en el régimen franquista se pasó al control mediante la corrupción y la deuda en el régimen “juancarlista”, añadiendo el uso de la represión de la policía y la seguridad privada en caso de que a alguno se le ocurriera levantar la voz denunciando el robo a base de preferentes y demás estafas, bajada de sueldos generalizadas a través de sucesivas reformas laborales o subida de impuestos (en su mayor parte indirectos) que repercuten sobre todo en las clases trabajadoras.

Estando en estas condiciones, algunos solamente ven urgencia en la conformación de un frente electoral que logre apartar a los gobiernos actuales en el Estado y las Comunidades Autónomas, como si un simple cambio de caras sin un programa real de ruptura y sin una fuerte movilización social y política que lo apoye pudiera revertir esta situación. Seamos serios, o se pagan deudas, deudas privadas sobre todo de bancos (e indirectamente de grandes empresas, las realmente beneficiadas de la contención de la prima de riesgo) que fueron estatizadas a base de millonarios rescates y cuyos intereses se comen actualmente un tercio de los Presupuestos Generales del Estado; o se pagan médicos, profesores, seguros sociales y pensiones.

Se hace necesario la nacionalización de los sectores estratégicos de la economía y de la banca, y sobre todo auditar públicamente la deuda y proceder al repudio y el impago de la parte que se considere ilegítima. Esto es ya en sí una ruptura no solo con el régimen “juancarlista” autóctono, sino con el capital internacional, el cuál ha demostrado sobradamente a lo largo de la historia cual es su reacción ante este tipo de políticas alternativas:
  • España 1936 - 1939: El Frente Popular gana las elecciones el 16 de febrero de 1936. Entre otras reformas, procede a la reforma agraria en un país en donde la tierra estaba la mayor parte concentrada en las manos de grandes terratenientes y de la Iglesia. Ese mismo año se produce un golpe de Estado que desemboca en una guerra civil en donde la II República se ve sola sin el apoyo de las naciones occidentales y con el resultado sobradamente conocido.
  • Chile 1970 - 1973: Salvador Allende llega al poder tras unas reñidas elecciones en 1970 apoyado por la Unidad Popular. Empezó a llevar a cabo una serie de reformas para mejorar las condiciones de vida del pueblo chileno; estatización de los sectores clave de la economía, nacionalización del cobre y aceleración de la reforma agraria. En 1972 da un discurso en la ONU denunciando las prácticas mafiosas de las grandes compañías transnacionales. En 1973 se produce un golpe de Estado con Pinochet a la cabeza, financiado por EEUU en el marco de la operación Condor, que acabó con el gobierno y la vida de Allende.
  • Burkina Faso 1983 – 1987: Thomas Sankara toma el poder a través de un golpe de Estado en 1983. A pesar de ser un militar que tomó el poder a través de un golpe de Estado, siempre puso por delante el bienestar de la población de Burkina Faso. Nacionalizó tierras, estatizó los minerales, inició campañas de inmunización y alfabetización, prohibió la ablación y se enfrentó a la dictadura de la deuda. En julio de 1987 pronunció un discurso en el marco de la Conferencia de la Unión Africana en el que llamó al repudio de la deuda del continente africano. Meses más tarde se produjo un golpe de Estado y Thomas Sankara fue asesinado.
  • Venezuela 2002. Tras la aprobación de una serie de leyes en las que se incluía el reparto de la tierra que todavía mantenían los grandes latifundistas venezolanos, el gobierno constitucional de Hugo Chávez sufre un golpe de Estado por parte de algunos militares, la oposición civil y con sospechas verosímiles de intervención de EEUU y en parte, de España. El golpe fracasó, aún así continúa, y más aún tras la muerte de Chávez y la elección de Nicolás Maduro como presidente, el acoso y manipulación continuada de los grandes medios de comunicación internacionales, además de intentos de desestabilización del país por parte de la oposición.
  • Honduras 2009. El 28 de junio de 2009 el gobierno constitucional de Manual Zelaya sufre un golpe de Estado con la excusa de estar promoviendo una referéndum para perpetuarse en el poder y con, una vez más, sospechas más que razonables de la intervención del embajador de EEUU en la zona. En realidad el referéndum no era tal, sino una consulta popular gestionada por el Instituto Nacional de Estadística para conocer la opinión de la población respecto a la necesidad de abrir un proceso constituyente que permitiera modificar la Constitución, Constitución que fue instaurada por la última dictadura militar y que protege los privilegios de la oligarquía hondureña.
Thomas Sankara


Algunos, ignorando por completo el proceso histórico de la involución neoliberal que nos ha traído hasta aquí, ignorando el análisis razonado del momento actual e ignorando las lecciones que nos da la historia, pretenden plantear la respuesta solamente en torno a un frente electoralista y haciéndonos creer que solamente con la honradez y pequeñas reformas se puede cambiar el estado de las cosas. Como decía, o se paga la deuda que condena a este país a la miseria y al expolio o se produce una ruptura con el capital nacional e internacional con la negación de su pago. No hay más. ¿Reforma o revolución? Permítanme que les diga, tras los últimos disturbios en los países escandinavos y la riada de personas bajando de las favelas portando banderas del Che en Brasil, «al progresismo se le acaban las coartadas» /1.

La movilización social continuada y organizada es fundamental para un proceso de cambio de largo recorrido, y para ello hay que contar con aquellos que la están organizando en la actualidad, el sindicalismo alternativo y los movimientos sociales de diferente índole, aunque la lucha de estos por si solos no sea suficiente. El movimiento social actúa parcialmente centrado en una realidad concreta, y por lo tanto, es reformista tanto en cuanto no plantea una lucha de poder, de contrapoder, sino que plantea la reforma de una cuestión concreta al poder del que presupone su existencia. Ojo, no se está planteando que los movimientos sociales no abran pequeñas rupturas dentro del sistema y sean útiles dentro de sus límites, un ejemplo claro es la PAH que ha ido a incidir de lleno contra la ideología dominante de la propiedad privada capitalista para reivindicar su uso social; sino que su parcialidad y su duración determinada no permiten plantear la cuestión de la formación de un contrapoder, de una nueva hegemonía cultural y política. La clave estriba en que desde la autonomía de sus asambleas y de sus acciones converjan a un nivel más general con la izquierda política y social en torno a un programa de ruptura que homogeneice la lucha y defina unos objetivos comunes de contrapoder, construidos abierta y democráticamente.



La clase dirigente ha perdido ya toda legitimidad, ya no tienen el consenso social para seguir adelante con su política de involución histórica neoliberal y la imponen por la fuerza. En un momento así podría llegarse a una situación de impasse, esto es, a una situación en el que la clase dirigente no pudiendo gobernar tampoco se ha verificado el bloque contra hegemónico que pueda tomar el poder; lo que podría provocar el surgimiento de una solución «cesarista» /2, siendo los gobiernos de coalición un momento inicial de esta solución. El desarrollo del «cesarismo» a esta situación de «equilibrio catastrófico» es difícil de predecir y su carácter, si progresista o regresivo, sería todo una incógnita que debería verificarse en el desarrollo concreto del mismo.

En definitiva, las preguntas que se nos plantean son, ¿reforma o revolución?, convenciéndonos que la revolución necesita de la lucha coordinada, organizada y en torno a un proyecto político de ruptura que la homogeneice, y teniendo en cuenta también que la batalla hay que darla en diferentes frentes: social, cultural, político, sindical y electoral; y una segunda cuestión, ¿nos permitimos el lujo de esperar a ver como se despeja la incógnita del «cesarismo» o nos decidimos definitivamente a crear el proyecto político que sea la herramienta de afirmación de este nuevo poder?


Pedro Luis López Sánchez, @estrateglobal

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1/ Al progresismo se le acaban las coartadas, Jorge López Ave, insurgente.org, http://www.insurgente.org/index.php/mas-noticias/ultimas-noticias/item/6190-al-progresismo-se-le-acaban-las-cohartadas 

2/ El cesarismo, El Príncipe Moderno, Antonio Gramsci.