"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

lunes, 15 de septiembre de 2014

De vuelta al arte estratégico

¿Qué hacer en Podemos?




«Las revoluciones tienen su propio tiempo, acompasado por aceleraciones y ralentizaciones. Tienen también su geometría propia, en la que la línea recta se rompe en las bifurcaciones y los giros bruscos de la historia. El partido aparece entonces bajo una luz nueva. No es ya, en Lenin, el resultado de una experiencia acumulativa, ni el modesto pedagogo encargado de elevar a los proletarios desde la oscura ignorancia a las luces de la razón. Se convierte en un operador estratégico, una especie de caja de velocidades y de orientador de la lucha de clases. Como muy bien ha sentido Walter Benjamin, el tiempo estratégico de la política no es lineal de la mecánica clásica, sino un tiempo discontinuo, lleno de nudos y de vientres de acontecimientos.»

Daniel Bensaïd, ¡Los saltos! ¡Los saltos! ¡Los saltos!, La política como arte estratégico.

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Nuevamente, siempre, continuamente, ¿qué hacer?.

Tras las elecciones europeas del 25 de mayo y tras la irrupción con fuerza de Podemos en el circo romano de la política, el régimen se apresura a renovarse por arriba para que nada cambie por abajo y los de abajo intentan a trompicones recomponer ese bloque histórico hegemónico del que hablaba Gramsci para pasar a la ofensiva en el farragoso campo de batalla de las instituciones. Urge como nunca robar al régimen el poder municipal, no para caer en esa ilusión política de que el poder institucional todo lo vale, sino para cortar de raíz las redes clientelares que nacen en los ayuntamientos y que son la base de esta forma de gobierno caciquil y corrupto; también para que reivindicaciones ampliamente defendidas y apoyadas en las calles no sean continuamente bloqueadas. Necesitamos arrancar de las garras del régimen algunas victorias, desbloquear esta situación de impasse, saltar a las instituciones sin perder el pie en la movilización social, recuperar los servicios públicos para que sean efectivamente servicios y no fuentes de especulación ni de riqueza de una minoría.

Muchos análisis se han escrito sobre la irrupción de Podemos, ¿como es posible que en tan pocos meses una formación política de reciente creación aparezca con tanta fuerza y siga marcando una tendencia al alza encuesta tras encuesta?. Podríamos decir que es una mezcla de factores objetivos y subjetivos. Objetivamente vivimos una situación de crisis (estafa) y una mayoría social se empobrece a pasos agigantados mientras una minoría se hace más rica aún si cabe, lo que provoca que se busquen alternativas que se diferencien del sistema político actual que no es visto como solución, sino como problema. Subjetivamente, sobre todo tras el 15M, en el imaginario colectivo el régimen no nos representa, se viene abajo con todo sus aparatos incluidos los partidos políticos clásicos, y se han puesto sobre el tablero nuevas prácticas políticas ensayadas con éxito por las mareas, las PAHs, las marchas de la dignidad. Democracia deliberativa, asambleas, coordinadoras, espacios abiertos al debate y a la confluencia en la lucha, experiencias de democracia participativa. Podemos no representa al 15M, pero intenta recoger esta nueva forma de hacer política como un aire fresco y renovador en oposición a este caduco régimen surgido del consenso del '78.

Sin duda lo más importante: Podemos nace con vocación de ganar acabando con esta mentalidad tan derrotista de la izquierda oficialista de conformarse con las migajas que deja caer el sistema, superando ese 15% como techo electoral que hasta hace poco se veía insalvable para la izquierda transformadora. Podemos tras el 25 de mayo ha devuelto a la gente la certeza, la esperanza y la ilusión de que se puede ganar, y no solo, sino que se debe ganar. Se debe ganar construyendo hegemonía en donde lo político y lo social se interrelacionan, se complementan, se retroalimentan; respetando la autonomía de los movimientos. Huyamos de estos análisis en donde lo político y lo social van en paralelo con ritmos diferentes, como compartimentos estancos, análisis de la vieja política que nos recuerdan a construcciones como SUMA en donde la convergencia se basaba en dos mesas diferenciadas: la social para hablar de programa, y la política donde se repartían los puestos en las listas. Podemos no sería explicable sin el 15M, las mareas, las PAHs, las marchas de la dignidad y estos tres años de luchas donde se han puesto en práctica nuevas soluciones, nuevas formas de relacionarnos, nuevas prácticas políticas. Ahora solo hay una mesa, la de la hegemonía político y social (también cultural, ¿por qué no?).

En definitiva, Podemos es ya una realidad de muchas personas que apuestan por un cambio de modelo económico, político, social y cultural; surge del propio movimiento de masas que se sentía huérfano de representación, surge como herramienta para asaltar las instituciones y romper con las redes clientelares y tener servicios públicos garantizados ahora privatizados por la casta y sus amigos, para atender modestamente el sufrimiento de la gente. Los que lanzaron esta iniciativa solo vieron la oportunidad estratégica para ello.

Como el movimiento, Podemos es contradictorio; ¡benditas contradicciones que estimulan el debate y nos hacen avanzar!. Como el movimiento, Podemos es plural; por lo tanto Podemos debe ser un lugar donde se tolere la diferencia. Y como el propio movimiento, Podemos no es homogéneo, no es anticapitalista (aunque también lo es), sino que nace como una herramienta contra la austeridad. Una herramienta viva, en continua construcción, que ha conseguido tener audiencia de masas; un sueño hasta hace tan solo unos meses.

Pero no obviemos los riegos que son evidentes y en estos pocos meses de existencia tenemos algunos ejemplos. Declaraciones en público donde se afirma que el aborto no es un tema prioritario y cuando se piden explicaciones, es que los medios manipulan; que viene a ser algo así como el «han sacado mis palabras de contexto» de cualquier político común. Por otro lado, pasando por encima de las construcciones de base y los procedimientos democráticos, hay quien se postula para alcalde de Madrid aprovechando su visibilidad en los medios, ¿explicaciones?: los medios manipulan. También nos encontramos con frases como “Podemos ha hecho abdicar al rey”, como si Podemos surgiera del laboratorio de los despachos de sociología de la Complutense o cualquier otra universidad y no del propio movimiento de resistencia, y como si el movimiento de resistencia fuera enteramente Podemos. En todo caso el régimen se regenera por la presión de todo el movimiento, no solamente de Podemos que es una parte. Este tipo de afirmaciones pueden ser consideradas lógicamente como una falta de respeto hacia los demás compañeros y compañeras de lucha que no están en Podemos. Seguimos, veto de Podemos en una charla junto a Pablo Iglesias al histórico luchador antifranquista Blanco Chivite por miedo a que los grandes medios madrileños lo usen para seguir arremetiendo. Ante las quejas: disculpas; bienvenidas sean, aunque Blanco Chivite terminó por no participar en dicha charla. Para finalizar y muy importante, se nos presenta un pre borrador de principios organizativos que no cuenta ni con el consenso del “Equipo Técnico” que podría ser enmarcado directamente dentro del centralismo burocrático. Afortunadamente ya han aparecido otros borradores más democráticos, descentralizados y acordes con la idea inicial de lo que debería ser Podemos como el del compañero Echenique.

Como decía, los riegos de peteización (PT-ización, PT brasileño) de Podemos son evidentes. Nada está escrito, llegado el momento Podemos puede convertirse en una herramienta para hacer avanzar al movimiento hacia posiciones de ruptura con el régimen, o puede convertirse en un muro de contención como ha ocurrido con anterioridad en proyectos similares en tantas ocasiones y en tantos lugares alrededor del mundo (apunto, como el PT brasileño).

De nuevo, ¿qué hacer? No debemos hegemonizar Podemos, tampoco es que sea factible, depende de la conciencia de clase del movimiento en general y la correlación de fuerzas a su interno. Aún así debemos procurar que Podemos no se convierta en ese muro para el movimiento, en una opción regeneracionista que haga de opiáceo al proceso destituyente-constituyente abierto por el 15M. Democratizar, descentralizar, estimular el debate interno y ser constructores de nuevas formas de poder popular y auto-organización deberían ser las tareas, evitando las derivas laclaunianas puramente electoralistas y las ilusiones políticas de que basta con sustituir en las instituciones a los chorizos por personas decentes del movimiento.

Ante la aparición de los Ganemos, ¿qué hacer? Ser flexibles, si el Ganemos local (porque Ganemos hay de todo pelaje, ¡incluso alguno regional!) viene a aportar asambleas de barrio y agrupación popular allí donde Podemos no ha llegado, bienvenido sea. Si Ganemos viene a sustituir el debate popular y desde abajo de los círculos por reuniones de notables, convirtiendo la mesa de hegemonía político y social en la antigua mesa puramente política; gracias, pero no. Lo importante es fortalecer el movimiento de organización popular que se está dando ya en Podemos y no sustituirlo por pactos más o menos cupulares, por sopas de siglas.

En definitiva, ¿qué hacer? Procurar garantizar acompañando y a través del debate democrático que sea cuál sea la herramienta que nos dotemos para asaltar los municipios ésta respete aquello que estaba en el origen de Podemos: la unidad popular y la transformación revolucionaria de la sociedad se construye desde abajo, con la gente, y no en derivas, como apuntaba, puramente electoralistas.

Hay que operar por tanto no solo en el campo de la formación, sino también en el campo de la estrategia política revolucionaria para garantizar que los municipios se recuperan para que sean democratizados y el asalto no se convierta en una mera sustitución de concejales.

Operar como «una especie de caja de velocidades y de orientador de la lucha de clases».

Pedro Luis López Sánchez, @estrateglobal. Activista social, participante en el Círculo Podemos Murcia y militante de Izquierda Anticapitalista.

viernes, 1 de agosto de 2014

El horror del genocidio a través de la mirada de Alma

De Srebrenica a Gaza.

 

Pedro Luis López, @estrateglobal - Activista social y participante en Podemos Murcia.

En el verano de 1997 un autobús escolar aparcaba en las cercanías de lo que entonces era El Albergue Juvenil de El Valle. De él descendían niños y niñas bosnias de diferentes etnias de entre 8 y 14 años; en general bastante delgados, con caras de entre timidez, miedo y sorpresa. La mayoría eran musulmanes provenientes del campo de refugiados de Zivinice, supervivientes de la ciudad de Srebrenica, tomada años atrás por el ejército serbobosnio (VRS) durante la Guerra de Bosnia. Los pequeños se encontraban en Murcia para pasar unas vacaciones organizadas por la ONG “Paz Ahora”.

Dos años atrás, el 12 de julio de 1995, en el hotel Fontana de Bartunac de Srebrenica, Ratko Mladic, Jefe del Estado Mayor del VRS, se dirigía en tono amenazante, frente a un cerdo degollado, al Coronel holandés de los Cascos Azules Thomas Karremans: «Esto es lo que os espera a ti y a tus hombres si no obedeces». El día anterior el ejercito serbobosnio había tomado la ciudad. Thomas Karremans aceptó todas las exigencias, incluida la de aparecer en una fotografía bebiendo aguardiente con los serbios.

El contingente de tropas del UNPROFOR (Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas) que comandaba Karremans tenían el cometido de proteger Srebrenica, declarada “área segura” por la ONU tiempo atrás. Precisamente por esta condición se habían refugiado 60.000 civiles musulmanes en la ciudad tras el avance de las tropas serbobosnias. Tras la toma de la ciudad los Cascos Azules se retiraron al complejo de la ONU de Potocari, donde se congregaron aproximadamente entre 20.000 y 25.000 refugiados musulmanes buscando protección. Los serbobosnios separaron a los hombres en edad militar (de 16 a 60 años), eran unos 1.700, fueron deportados a zonas serbias y asesinados de diferente manera. Las mujeres, niñas y niños fueron deportados en principio a zonas controladas por el gobierno Bosnio, algunos autobuses nunca llegaron. Antes de la toma de la ciudad una columna de 15.000 hombres se congregó en aldeas del norte de Srebrenica para emprender el camino de huida hacia Tuzla a través de una zona montañosa, casi sin víveres, y con el continúo acoso y emboscadas del VRS. Solo llegaron a Tuzla unos 7.000.

La masacre de Srebrenica fue unos de los mayores genocidios cometidos desde la II Guerra Mundial. Más de 8.000 bosnios musulmanes, la mayoría hombres, fueron asesinados en unos pocos días en una zona declarada “área segura” por la ONU que durante aquellos terribles días miró hacia otro lado.

De este contexto provenían una gran parte de los niños y niñas que pasaban sus vacaciones en Murcia en el marco del programa “Vacaciones por la Paz”.

Por aquel entonces nuestro Gobierno Regional ya era bastante incompetente. Los pequeños fueron recibidos en el Palacio de San Esteban y agasajados con un suculento almuerzo con todo tipo de embutidos derivados del cerdo. El entonces vicepresidente, Gómez Fayrén, exclamaba: ¡pero hombre, ¿como es que nadie nos ha avisado de que no comen cerdo?!. Interesarse en la historia, circunstancias y cultura de estos traumatizados invitados era pedir demasiado. Aún así, a pesar de estas torpezas, los niños bosnios pasaron en general un agradable verano junto a adolescentes murcianos.

De lo niños y niñas de aquel verano solo logro recordar un nombre, Alma. No se la podía coger de la mano, no hablaba, no jugaba, no sonreía, tenía miedo a la oscuridad y tenía siempre una mirada perdida buscando inútilmente explicaciones a los horrores vividos. Alma transportaba en sus ojos el horror del genocidio.

El pasado 24 de julio una escuela bajo control de la UNRWA (Agencia de la ONU para los refugiados de Palestina) en la localidad de Beit Janún, al norte de la franja de Gaza, que estaba siendo usada como refugio seguro por más de 1500 palestinos y palestinas, fue bombardeada por el ejército israelí causando 17 muertos y centenares de heridos. La ofensiva militar sobre Gaza por parte de Israel no es una guerra, es un genocidio que lleva más de 1300 asesinatos, 30% niños y niñas, perpetrado por una fuerza militar ocupante contra población civil en base a diferencias raciales, religiosas y culturales; en un territorio densamente habitado donde el 50% de la población es menor de 18 años. Gaza está desde el verano de 2007 militarmente bloqueada por tierra, mar y aire para personas y mercancías; lo que convierte la franja en un campo de concentración de facto bajo control de Israel a los ojos del derecho internacional y del sentido común.

La conocida como Directriz 7 enviada en marzo de 1995 por Radovan Karadzic, presidente de la Republika Sprska, al VRS sobre la estrategia a seguir en Srebrenica afirmaba: «... Crear, mediante operaciones de combate bien planificadas, una situación de inseguridad tal, que no haya esperanza de supervivencia de vida alguna para los habitantes de Srebrenica». Las estrategias se repiten, y las víctimas también. Tras el bombardeo de la escuela de la UNRWA la mirada de Alma aparecía de nuevo en el rostro de una niña palestina que lloraba desconsolada mientras se aferraba a los restos de su padre contenidos en una maleta negra.

Malditos seáis, malditos los Karadzic, los Mladic y los Netanyahu; malditos una y mil veces. Malditos los que enarbolan las banderas ultranacionalistas de las diferencias raciales, culturales y religiosas para alentar y ejecutar genocidios y limpiezas étnicas. Ojalá las miradas traumatizadas y horrorizadas de todas las Alma del mundo os persigan en vuestras pesadillas hasta que os coman los gusanos.

lunes, 5 de mayo de 2014

Podemos: ¿quién teme a la democracia?

Podemos desde una perspectiva gramsciana


Han pasado ya algunos meses desde que el 17 de enero de este año se presentara en el Teatro del Barrio en Lavapiés, Madrid, la iniciativa Podemos de la mano de Pablo Iglesias y otros intelectuales y activistas sociales. El objetivo de la iniciativa entonces y ahora sigue siendo “convertir la indignación ciudadana en cambio político” a través de “la decencia, la democracia y los derechos humanos”. Iñigo Errejón entonces con mucho acierto afirmaba que “basta escuchar las conversaciones en el bar o en el bus para ver que el escenario se puede abrir a la recuperación de la política por parte de la ciudadanía”. Pablo Iglesias terminaba por rematar que “esta campaña puede ser un instrumento de autoorganización de la gente” [1]. Democracia, recuperar la política por la ciudadanía, autoorganización de la gente; esta fue la presentación de Podemos.

Entonces y ahora Podemos no termina de ser nada en concreto y terminado, sino un organismo en plena [auto]construcción y movimiento, quizá solamente una oportunidad de creación de un movimiento (o partido) de masas plural que rompa y de solución a un régimen que se desmorona, el régimen surgido del consenso del '78. Podría ser nuestro particular príncipe moderno. «Para que esto ocurra, es preciso que se haya formado la convicción férrea de que es necesaria una determinada solución de los problemas vitales» [2] en palabras del propio Gramsci.

Teniendo en mente este horizonte estratégico a medio plazo, la construcción de un movimiento de masas, al que habría que añadir el adjetivo de democrático recogiendo la consigna destituyente del 15M «lo llaman democracia y no lo es», preocupan opiniones como la de Jorge Moruno, persona muy cercana al grupo promotor (y grupo dirigente) de Podemos:

«"¿Todo el poder a los Círculos es realmente una síntesis que propone un salto democrático a la altura de los tiempos? Yo creo que no. Considero que los ingredientes teóricos y políticos que están detrás de esta lectura son profundamente insuficientes. Todo el poder a los soviets era una consigna que resultaba útil en una Rusia que en el siglo XX todavía no había conocido la modernidad. Respondía a una forma-partido que emulaba la cooperación obrera en la fábrica dentro de un contexto de autocracia zarista. Los Círculos no pueden ser las bases de una estructura clásica, los círculos también deben ser desbordados por la ciudadanía que oxigena el olor a cerrado de los partidos. Podemos no tiene como ambición ocupar un porcentaje dentro del reparto en el supermercado electoral, ni un nicho de representación. No hay que crear más patriotas de partido, ni más siglas celosas con el resto de organizaciones existentes, tampoco su objeto debe ser buscar la unificación de las ya existentes. Esta sería una ambición política muy limitada, intelectualmente torpe, muy cómoda, poco valiente y arriesgada."
¿Todo el Poder a los Círculos?» [3]
Aquí hay un argumento tramposo, a saber: que los círculos sean las bases del movimiento (o partido) acerca a Podemos al partido clásico, deben ser desbordados por una masa de gente. Sin embargo esta masa de gente sería amorfa, sin estructura, y por lo tanto carente de capacidad de decisión. En la práctica lo que propone Moruno es un grupo central que lo decide todo y una masa amorfa que actúa, pero que no delibera. En términos gramscianos estaríamos hablando de una suerte de centralismo burocrático; y es precisamente el centralismo burocrático lo que acercaría Podemos a la concepción de partido propia del régimen del '78. Sin embargo, la autonomía y la capacidad de decisión de los círculos, siendo pequeños (o grandes) centros de poder democrático que se van coordinando a niveles más altos cada vez, acercaría la política a esta masa amorfa de personas y les permitiría intervenir democráticamente, lo que diferenciaría Podemos de la concepción setentayochista de partido.

No por casualidad Gramsci diferenciaba tres elementos del partido de masas para que este pudiera cumplir el cometido destituyente del antiguo régimen y constituyente de una nueva sociedad:
  1. «Un elemento difuso, de hombres [y mujeres] comunes, medios, cuya participación viene dada por la disciplina y la fidelidad, no por el espíritu creador y altamente organizativo» [2]. Sería esta ciudadanía que desborda de la que habla Moruno. Sin estos el partido no existiría, pero sin embargo por si solos no lo formarían, necesitan de una fuerza que los cohesione y organice.
  2. «El elemento cohesivo principal, que se centraliza en el ámbito nacional, que da eficiencia y potencia a un conjunto de fuerzas que si se abandonases a sí mismas no contarían para nada o casi nada; (...)» [2]. Es decir, una cantidad de personas dirigentes que son capaces de cohesionar, una fuerza inventiva, creadora, que lleva la iniciativa, surgidos del propio movimiento.
  3. «Un elemento medio que articula el primer elemento con el segundo, que los pone en contacto, no sólo «físico» sino también moral e intelectual» [2]. En nuestro caso, los círculos, que están formados por personas surgidas del primer elemento, que construyen democracia, que deliberan, que articulan el movimiento, que conectan el segundo elemento dirigente con la masa difusa y no organizada. El elemento del que se olvida Moruno o que directamente ataca.
Cabe preguntarse entonces, ¿la consigna “todo el poder a los círculos” no es contradictoria con la existencia del segundo elemento de dirigentes? Depende, depende de la actitud de estos dirigentes y de la capacidad de los dirigidos de corregir los excesos del liderazgo. «Debe estar claro, sin embargo, que la división entre gobernados y gobernantes, aunque equivalga en última instancia a una división de grupos sociales, también existe, tal como están hoy las cosas, en el seno de un mismo grupo, incluso de un grupo socialmente homogéneo; en cierto sentido puede decirse que esta división es una creación de la división del trabajo, es un hecho técnico» [4]. Es decir, la existencia de dirigentes es un hecho técnico, no de poder, y por lo tanto no contradictoria con la consigna en cuestión, aunque para evitar los excesos del liderazgo hay que fijar una serie de principios (elección democrática, revocabilidad, rendición de cuentas, rotación de cargos, …) «inderogables» y aquí es cuando se cometen los errores más graves. Pues parece que «se cree que al proclamarse el principio del grupo en cuestión, la obediencia tiene que ser automática, debe producirse sin tener que recurrir a una demostración de «necesidad» y de racionalidad; más aún, se cree que la obediencia debe ser indiscutible» [4]. Nada más lejos de la realidad, la lealtad dentro de la organización, la disciplina por usar un término usado por el propio Gramsci, debe exigirse y es garantía de libertad y de orden democrático siempre y cuando el origen del poder que ordena esta disciplina sea democrático, es decir, si es una función técnica especializada y no un arbitrio. Por ello es importante seguir construyendo estructuras democráticas dentro de Podemos que evite el uso tan dañino de los arbitrios, empleados en más de una ocasión en Podemos ante la falta de estas mismas estructuras.

¿Como ordenar democráticamente Podemos entonces?, ¿como articular estos tres elementos de los que habla Gramsci?, ¿como alejar Podemos del centralismo burocrático donde hay una minoría que decide y una mayoría que actúa pero que no delibera?, ¿como organizar Podemos? «La «organicidad» sólo puede darse en el centralismo democrático, que es un «centralismo» en movimiento, por así decir, o sea, una continua adecuación de la organización al movimiento real, un contemplar los impulsos de la base con el mando de arriba, una inserción continua de los elementos que provienen de las profundidades de la masa en el molde sólido del aparato de dirección que asegura la continuidad y la acumulación regular de las experiencias; este centralismo es «orgánico» porque tiene en cuenta el movimiento, es decir, el modo orgánico de revelación de la realidad histórica, y no se entumece mecánicamente en la burocracia y, al mismo tiempo, tienen en cuenta todo cuanto es relativamente estable y permanente o que, por lo menos se mueve en una dirección fácil de prever, etc» [5]. Es decir, dentro de Podemos se deben crear las estructuras necesarias, a partir del poder democrático que emana de los círculos, para asegurar que la dirección es un hecho técnico que tiene en cuenta el movimiento y los cambios de la base. Un reto que ya es abordado continuamente desde los círculos, en donde se combina la urgencia de las elecciones con la construcción por abajo y la formación de coordinadoras que permiten ir centralizando los debates. Dicha construcción democrática debe culminar después de las elecciones en un proceso constituyente que debe iniciarse en el encuentro de junio, donde debe respetarse la diversidad y la pluralidad de los círculos con asistencia delegada.

¿Quién teme a la democracia? Los círculos no y más valdría que algunos dejaran de usar la imagen de Gramsci, lo que no deja de ser característico en esta sociedad profundamente liberal, individualista y de liderazgos carismáticos, y se esforzaran en unir la teoría con la práctica, más allá de urgencias coyunturales.

Pedro Luis López Sánchez, @estrateglobal

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[1] Pablo Iglesias presenta Podemos como “un método participativo abierto a toda la ciudadanía”, publico.es, http://www.publico.es/politica/495962/pablo-iglesias-presenta-podemos-como-un-metodo-participativo-abierto-a-toda-la-ciudadania

[2] El partido político, El príncipe moderno, Antonio Gramsci.

[3] Opinión de Jorge Moruno publicada en la red social facebook.

[4] Elementos de política, El príncipe moderno, Antonio Gramsci.

[5] Sobre la burocracia, El príncipe moderno, Antonio Gramsci.