«Al menor que quemó el pelo a su profesora
deberían darle una paliza que no dejase marcas»
/1.
De
esta guisa se expresó
el psiquiatra José Miguel Gaona en
televisión, el cuál ha sido
director de la revista «Educar bien. Niños»
(¿?)
y asesor técnico del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, a
propósito de la noticia de
un menor de 16 años que intentó (no llegó a ocurrir gracias a la
intervención del resto de compañeros
y compañeras)
quemar el pelo a su profesora en un instituto de Barbate /2.
Este tipo de
noticias suelen tener gran repercusión en la caverna
mediática, donde
son ampliamente analizadas y
debatidas. Las conclusiones
habitualmente hacen referencia a que
en un país democrático y de igualdad de oportunidades (siendo
muy generosos),
que un adolescente actúe de
forma violenta en el ámbito escolar
es solo culpa del adolescente o como mucho de unos padres que no han
sabido educarlo adecuadamente; llevando
el debate a un plano moral, muy característico de ideologías
conservadoras. ¡Qué
hipocresía!, los mismos que machacan al funcionariado llamándoles
gandules y aplaudiendo
cuando recortan su salario, se convierten en los adalides
de
la defensa de la integridad física del profesorado y de su
autoridad. Por cierto, tema
éste recurrente,
el
de la autoridad del profesorado, en los sindicatos más conservadores
de la enseñanza.
Es preocupante
también la existencia de ciertas expresiones de uso más
o menos habitual como «un
par de hostias a tiempo» que
hacen referencia a castigos preventivos. Los castigos preventivos y
pegar sin dejar marcas son ampliamente usados en sociedades machistas
contra las mujeres, y dan a entender que nuestra sociedad, a pesar de
todo, no ha logrado extirpar este tipo de creencias y
prácticas del ideario
popular, como demuestra, por otra parte, la lacra de la violencia de género.
Partiendo del hecho
que la actuación del adolescente en
cuestión es reprobable y
merece un castigo por ello, y no queriendo quitar la culpa que éste
tiene, entendiendo
también que el profesorado poco puede hacer con casos de este tipo
ni tiene herramientas para
ello; sería conveniente
analizar las causas de la violencia en la educación desde
un punto de vista más global, para lograr entender que factores
desencadenan estas actitudes.
La pregunta sería, ¿qué ha ocurrido para qué un chico de 16 años
quisiera
quemar el pelo de su profesora?
Según el artículo
publicado por José Emilio
Palomero Pescador y María Rosario Fernandez Domínguez
en la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado en
2001 /3, hay numerosas causas y factores condicionantes de las
conductas violentas en la escuela y fuera de ella, sin
perder de vista que vivimos
en una sociedad que rezuma violencia y agresividad.
«De un lado, la
agresividad puede ser la expresión de factores relativamente
independientes de la escuela, como los problemas personales, los
trastornos de relación, la influencia del grupo de amigos o la
familia. De otro, podemos decir que la conducta agresiva de los niños
está condicionada por la estructura escolar y sus métodos
pedagógicos, así como por todo un conjunto de factores políticos,
económicos y sociales. En la mayor parte de los casos, intervienen
todos o varios de estos factores, pues las interacciones y las
relaciones interpersonales sólo pueden entenderse contemplando de
una forma global las condiciones sociales e institucionales en que se
producen, siendo por otra parte las personas quienes intervienen con
sus interaccciones en la configuración de los sistemas e
instituciones sociales. En definitiva, existe un estrecho lazo entre
problemas sociales, familiares, escolares y personales en el origen
de la violencia escolar.»
Dejando a un lado
problemas de tipo patológico infantil que pueden ser tratados
adecuadamente si somos capaces de detectarlos (trastornos por déficit
de atención e hiperactividad, depresión, stress, ...); las causas
de tipo individual, familiar, social o del propio entorno escolar
están estrechamente relacionadas en general con el tipo de sociedad
en la que vivimos, la escala de valores de la misma, problemas socio
- económicos de desempleo, pobreza y exclusión social e incluso del
sistema pedagógico heredado del sistema
prusiano (despotismo
ilustrado) basado
en una fuerte división de clases y castas.
Podemos observar
también como estos factores socio -
económicos (y
culturales) son determinantes
en la incidencia del fracaso
escolar, conclusión que se
desprende del siguiente gráfico
extraído
del
artículo de 2007 de José Saturnino Martínez García, del
Departamento de Sociología de la Universidad de La Laguna,
titulado Fracaso
escolar, clase social y política educativa /4.
Cabría analizar
también si los problemas de
desigualdad y el tipo de sociedad son importantes
a la hora de la incidencia de
la violencia en la escuelas. Según
el Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (SERCE) sobre
violencia en las escuelas en América Latina elaborado por la UNESCO
de 2005 a 2009
/5,
países con mayores desigualdades sociales, como Argentina, Ecuador,
República Dominicana, tienen mayor incidencia de violencia física
en las escuelas; sin embargo, Cuba, con un sistema educativo público
y universal
y con
una sociedad con menos desigualdades aparece en el extremo
opuesto. Obviamente, y como
se ha expuesto con anterioridad, las desigualdades sociales y
económicas son solamente algunos de los factores que afectan a la
violencia en las escuelas, pero de forma general parecen tener un
peso importante dentro de
este grupo de factores y causas.
Todos estos datos
son obviados por la caverna mediática que
se preocupan más de lanzar mensajes que van
a incidir sobre los
sentimientos más primarios del ser humano: el
chico se merece una paliza
(con el detalle de no dejar
marcas). Llegados
a este punto y retomando la
idea inicial del artículo, ¿la individualización de las causas (en
este y otros aspectos de la sociedad) llevándolas a un plano moral
es una forma de poder hegemónico conservador?,
¿con qué propósito?. Preguntado
por esto mismo en una entrevista publicada en la edición digital del
periódico Diagonal /6, el joven periodista Owen Jones, autor de
“Chavs. La demonización de la clase obrera”,
responde: «El término [chav] es un síntoma del intento
de convertir problemas sociales, como la pobreza y el desempleo [o la
violencia escolar], en fallos individuales. Es muy útil para el
capitalismo, cierra el apartado de críticas al sistema sobre la base
de que lo que hay que combatir son las faltas de cada uno, que se
muestran como únicas causas.».
Llevar la problemática
de la violencia en la escuelas a un debate moral e individualizarlo
es muy característico de ideólogos conservadores y es en cierta
manera hegemónico en nuestra sociedad: cierra el apartado a
cualquier crítica al sistema político, social, económico y
pedagógico; que en parte es causa de esta misma violencia como hemos
visto. Abrir un debate profundo sobre la violencia en la escuelas
debe llevar consigo un debate sobre el sistema pedagógico, las
desigualdades sociales y lo valores asociados a una sociedad
capitalista de consumo y competitividad.
Pedro Luis López
Sánchez, @estrateglobal
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Muy interesante el artículo.
ResponderEliminarLlevo 34 años como docente, he impartido clase tanto en Instituto como en Universidad, por lo que considero tener una amplia experiencia en cuanto a perfiles de alumnos.
Por supuesto condeno todo acto violento del alumno y creo necesario su adecuado castigo. Pero también creo que todos (como componentes de la sociedad) tenemos algo de responsabilidad ya sea directa o indirecta (también creo que es más fácil y alivia conciencias el no sentirse responsable de lo que pasa a nuestro alrededor...ya que si no soy responsable de algo poco puedo hacer por cambiarlo).
De manera que enhorabuena por el enfoque de tu artículo, lástima que no sea más compartido.
La violence c'est l'image collective d'un système politique . C'est un état subordonné et cordonné de l'état politique avec tous ses appareils de la violence morale (idéologique) et matérielle (les appareils sécuritaires ) . Définir la violence dans une subjectivité individuelle et la mettre dans les tendances volontaires de l'homme c'est détruire l'homme en lui-même et lui divisé dans une profonde aliénation systématique dont la non-responsabilité des appareils idéologique et politique de l'état est l'un des dogmes les plus semés dans de larges couches sociales de la société par une armée des " sociologues et psychologues" et sous la distribution systématique de ces dogmes dont l'université est le noyau dur pour la propagation intellectuelle de l'idéologie de l'état politique . L'université est l'appareil le plus sophistique pour maintenir une classe sociale sous le contrôle idéologique d'une autre classe sociale disposant de ses propres perspectives pour donner à l'histoire sa propre image et son culte . La violence était depuis l'histoire de la parution des classes sociales opposées un régime immanent pour les guerres interne et externe d'une nation déterminée par son degré de développement économique et social et elle est le culte transcendantal de l'état politique . Balayer la violence en tant que dogme social pose une condition qui conditionne toutes les formes de la structure sociale , cette condition suppose un effacement idéologique à l'idéologie de la violence , religion de l'état politique , par une contre-violence de masse et collective contre l'état et ses appareils politique et idéologique .
Eliminarla crisis del sistema conservador de viejos ricos que no quieren que se mueva nada y menos que se coloquen los jóvenes. Ya hicieron lo mismo con el mayo del 68
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