"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

martes, 1 de febrero de 2011

La Estrategia Global

Hace tiempo que me ronda en la cabeza una idea, una inquietud. Me persigue y ésta domina de alguna manera el resto de posiciones políticas, el resto de ideas, el resto de desarrollos intelectuales, lo dirige todo. Esta idea consiste es que por mucho que queramos, no vamos a poder solucionar un problema global con soluciones a nivel local. Con esto no quiero decir que las soluciones y las resistencias a nivel local no sean importantes, es más, son necesarias para crear conciencia de clase y son la base de lo que expongo a continuación, es la vía local. Pero no dejan de ser cuidados paliativos si no se coordinan en lo que podríamos denominar una Estrategia Global que propicie que sean continuadas en el tiempo y permita compartir al movimiento (Marx lo denominaba el partido, como termino general que engloba todas las tendencias socialistas/comunistas) la experiencia aprendida.
Desde un punto de vista “científico”, tenemos el objeto de estudio (los procesos históricos), tenemos el laboratorio (la sociedad), tenemos el método (el materialismo dialéctico) e incluso tenemos la transferencia tecnológica (la praxis). Lo que no tenemos son metodologías, estándares, frameworks, marcos donde compartir resultados y experiencias; todo esto nos falta, no existe y ni si quiera nos hemos planteado construirlo. Al menos no existe en la medida en que todo el movimiento se sienta integrado en un marco común de actuación. Ahora mismo lo único que tenemos son multitud de tendencias que se dedican a debatir eternamente sobre si su teoría de como construir el socialismo es mejor o más adecuada que la otra. E incluso tendencias dogmáticas, como si esto del socialismo fuera un acto de fe, de confianza ciega en una teoría que parece funcionar pero que no se basa en experiencias prácticas. Además, solemos incidir más en lo que nos separa que en lo que nos une. Seamos sinceros, nadie ha visto el socialismo, nadie sabe construirlo, es más, por poner un ejemplo, en boca de Fidel Castro en un acto de franqueza y sinceridad dice:
Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años es que entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía cómo se construye el socialismo”
La Estrategia Global consiste en ir un paso más allá, construyamos un marco global donde poder debatir y elegir que teoría aplicar a un lugar y momento histórico concreto, y poder coordinar las actuaciones necesarias para llevarla a cabo.
Antes de exponer como debería ser, a mi modesto entender, en líneas generales este marco global, quisiera hacer un análisis de la situación actual.
  1. El capitalismo no funciona y no se puede reformar.
    Parece una obviedad, pero hay que esforzarse en demostrarlo. No funciona según desde que punto de vista se mire. En realidad si funciona para quién lo promueve, crisis tras crisis ha conseguido metamorfosearse y salir adelante, ha conseguido globalizarse y además ha conseguido crearse una ética alrededor: individualismo y consumismo, una cultura de lo material, del ahora mismo y de la satisfacción inmediata que ha calado en la humanidad. Nuestro enemigo es muy bueno, es ágil y convincente, además, la ética que lleva consigo incide directamente sobre nuestros instintos más animales, que fácilmente identificamos (esta ética) como nuestra, como parte de nosotros.
    No funciona desde el punto de vista de propuesta como sistema económico global. En términos globales el capitalismo genera más pobreza y miseria en el mundo a pesar incluso del espectacular desarrollo científico del siglo XX. Y no lo digo yo, como ejemplo, podemos ver el seguimiento de los Objetivos de Desarrollo del Mileno (ODM) promovidos por la O.N.U., y como la misma O.N.U. reconoce año tras año que nos estamos alejando de ellos. El objetivo sobre la pobreza era reducirla a la mitad en el 2015, un objetivo bastante modesto, pero ni aún así.
    Lo importante, lo más difícil es demostrar que el capitalismo no se puede reformar, que siempre tiende a la acumulación de capital por unos pocos y la miseria de los demás, demostrar que los intentos reformistas keynesianos a la larga nos llevan a nuevas tendencias ultraliberales. ¿Por qué?. Bajo mi modesto entender el keynesianismo se ocupa solamente de la distribución de la riqueza, se queda solamente en unas buenas intenciones, pero no va a la base del problema, la producción, y además compite ideológicamente en un sistema que tiende justamente a lo contrario, a la acumulación de riqueza, no al reparto. El keynesianismo funcionó para un periodo concreto, la reconstrucción de Europa, pero entró en crisis en los años '70, y en los años '80 se reclamó desde los mercados la desregularización para poder seguir creciendo, y de ahí la globalización y el neoliberalismo. No se puede reformar un sistema que se basa en el crecimiento infinito en un entorno de recursos finitos (aún siendo cada vez más productivos), y ahora es más evidente que nunca. A la política se ha unido el ecologismo como consecuencia del calentamiento global, la ecopolítica, señal inequívoca de que el planeta tiene sus límites y que el capitalismo, aún no sabemos en que medida, los está superando.
    Un buen artículo para comprender la evolución capitalista y sus crisis puede consultarse en “Las crisis estructurales en la dinámica histórica del cambio social” (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=120000&titular=las-crisis-estructurales-en-la-dina%CC%81mica-histo%CC%81rica-del-cambio-social).
  2. El capitalismo se ha globalizado, globalizando consigo sus propias contradicciones.
    Somos (occidente) la burguesía del mundo y estamos explotando al resto del mundo, y no cabe esperar que la burguesía se revele contra si misma. A pesar del ataque frontal al estado del bienestar en Europa por parte de la dictadura de los mercados, no vivimos del todo mal, comparándonos con el resto del mundo. La revolución global no vendrá de Europa ni de EEUU, pero eso no quita que estemos preparados y apoyemos los alzamientos revolucionarios en otras partes del mundo, aún cuando estos alzamientos provoquen crisis en nuestros estados capitalistas. Estoy convencido de que el proceso socialista global vendrá de abajo a arriba, de los países subdesarrollados hacia los países desarrollados. Para evitar que parte del movimiento en los estados capitalistas se ponga en contra de otra parte del movimiento en los estados proletarios, hace falta que el movimiento se impregne y asuma el carácter global de la lucha. Hay que evitar las luchas de trabajadores entre trabajadores bajo banderas capitalistas.
  3. El calentamiento global nos avisa de la urgencia.
    Nuestro análisis no puede obviar la urgencia de implantación de un sistema económico global que no esté basado en el crecimiento por el crecimiento, que no esté basado en esta fiebre que nos invade a todos de crecer, aún sin sentido, como si fuésemos un cáncer. No es cuestión de ser catastrofistas pero está quedando meridianamente claro que el planeta tiene síntomas de enfermedad, que la causa somos nosotros y lo que es peor, que no sabemos hasta que medida nos estamos acercando a un punto de no retorno.
    Nuestra lucha ya no es solo por el fin de la explotación, nuestra lucha es ahora también la defensa de nuestro entorno y en fin último la defensa del planeta. Debemos entender que ya no existe política sin ecologismo, y lo que es más importante, que no hay ecologismo sin política. La defensa del medio natural debe pasar por una crítica al sistema global que propicia este ataque despiadado al mismo, no se puede defender el medio natural y al mismo tiempo ser condescendiente con el capitalismo, pues como decía en anterioridad, nos quedaremos simplemente en unos cuidados paliativos, e unas buenas intenciones, y no atacaremos el fondo del problema.
    Por lo tanto, ya no nos estamos jugando un mundo mejor para nuestros hijos y nietos, no, lo que nos estamos jugando es que nuestros descendientes tenga un mundo donde vivir.

Como decía, el capitalismo se ha globalizado, y con él ha surgido una potencia mundial, los mercados, y su caracterización política, la dictadura de los mercados. Todos sucumben ante el poder de los mercados, Cuba está planteando una apertura al capital, China es capitalista, los gobiernos de Europa legislan al son de las amenazas sobre la deuda soberana. No podremos defendernos de los mercados si no globalizamos nuestra lucha, sino la coordinamos a nivel global. Hay mucho por construir y poco tiempo.
Y aquí llega el centro de reflexión, ¿que organización podría coordinar algo así?, ¿existe alguna candidata actualmente?, ¿como debería funcionar?.
Empecemos por intentar vislumbrar que cualidades deseables debería tener. Mi experiencia “científica” me dicta que diseñe aquello de lo que sé actualmente, y no diseñe sobre aquello que desconozco. ¿Qué sabemos entonces?, o mejor dicho, ¿qué creo que sé?
  1. No se trata solamente de vencer, sino de convencer.
    Creo que lo importante no es llegar al poder, el poder no es el fin último, es el principio de un proceso, y ni siquiera esto. No debemos ver la llegada al poder de un estado capitalista como una victoria, no lo es, es solamente un indicador de la consistencia del movimiento en una determinada zona geográfica. No, el proceso empieza dentro de nosotros y en como nos relacionamos, y como nos organizamos, y como decidimos con los demás.
    No podemos pedir a los trabajadores que confíen en el socialismo y comunismo porque lo único que han percibido son intentos y estados fallidos. No podemos convencer a los trabajadores que se unan a la causa socialista si no participan de ella, si no la construyen ellos mismos.
    La organización debe ser radicalmente democrática, democracia participativa y directa, invisibilidad de los representantes (intentaré explicar este concepto en otro momento). Es más, las entidades que formen parte de esta deberán ir incorporando la radicalidad democrática en sus tomas de decisiones internas. Se trata de construir democracia donde no la haya, se trata de convencer con el ejemplo y la coherencia. De esta manera, cuando en algún lugar se pueda llegar al poder por el alzamiento de las masas, tendremos mucho camino recorrido y mucha experiencia acumulada.
  2. Sistema distribuido, evitar el SPOF. Crítica al partido único.
    Debemos evolucionar. Marx miró a la comuna francesa e interpretó que era necesario un partido central y fuerte que dirigiera el proceso. Nosotros debemos mirar a la antigua U.R.S.S., a China y otros y deducir que es necesario la democracia (participativa y directa), un sistema distribuido o fracasaremos. El partido único es un SPOF (Single Point of Failure), un punto singular de fallo. Se corrompe, se burocratiza y hace fracasar el proceso. Nuestra red (de forma intencionada ya no hablo de organización) debe ser distribuida, multipunto y coordinada.
    Es necesario un debate profundo sobre que entendemos por coordinar, como deben ser los coordinadores, cada cuanto y cómo se renuevan. También como se participa en cada uno de los ámbitos o puntos, asambleas, ponencias. Como se realizan las votaciones del resultado de los trabajos de los ámbitos o puntos. No es fácil diseñar un sistema distribuido.
    Un sistema distribuido no tiene SPOFs, algunos puntos pueden ceder, corromperse, pero la red se mantendría en pie y crear más puntos, seguir creciendo.
  3. Los puntos (o las bases) de la red.
    Los trabajadores ya no hacemos política en los partidos políticos (siempre hablando dentro del contexto Europeo), si entendemos por política acciones que nos permiten transformar la sociedad en la que vivimos. Los partidos políticos llamados de izquierda y comunistas europeos decidieron abandonar las industrias, abandonar el trabajo social y de calle, decidieron abandonar los barrios, decidieron abandonar a los trabajadores en la base para irse a las alturas y desde allí decidir que es lo mejor para los trabajadores, cuando ya ni siquiera lo son. Y ahora se preguntan, ¿donde están los trabajadores?. Afortunadamente, siempre se encuentran vías de participación. Es curioso ver como en la época más individualista, consumista y más liberal del capitalismo, surge el voluntariado y surgen con más fuerza las organizaciones no gubernamentales sin ánimo de lucro. Es curioso ver como aquello que abandonaron los partidos políticos lo han ido ocupando las asociaciones, el asociacionismo.
    El asociacionismo ha evolucionado de tal manera que ha conseguido crear entidades a nivel global, que funcionan y donde los trabajadores pueden participar. Hace más Greenpeace por el ecologismo que todos los partidos verdes unidos. El asociacionismo es una base importante de la red, nos conectan con la realidad.
    Aparte del asociacionismo, por supuesto, los partidos políticos, los sindicatos, movimientos sociales e incluso naciones enteras podrían formar parte de la red, llegados al caso.
  4. La ética socialista. El proyecto que nos une.
    ¿Existe una ética socialista?. Este es un debate complejo e importante. Lo que aquí se está planteando es un posible marco donde poder decidir que pasos debemos ir dando a nivel global, con el fin de construir un mundo mejor, más justo e igualitario. Pero, ¿cualquier entidad que lo quisiera podría formar parte de esta red?, ¿podríamos aceptar dentro de esta red a un partido político que gobierna en una nación en la que no se respetan los derechos humanos?
    La red debe llevar un acuerdo, un proyecto o una ética explícita y debe ser respetada e integrada por todos los miembros de la misma, y debe ser radicalmente socialista. Revisable y concordada. Un buen comienzo podría ser anticapitalismo, democracia participativa y directa y derechos humanos.
    Como referencia de este debate, os invito a que consultéis el artículo “De marxismo, democracia y relativismo” (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=120647). En él se enlazan el resto de artículos relativos a un debate en este ámbito.
A la pregunta de si existe alguna organización candidata para todo lo expuesto, pues no tengo respuesta. No creo que exista alguna con estas características o en vías de tenerlas. El FSM está demasiado desorganizado, además de quedarse únicamente en las buenas intenciones de una distribución más justa, pero nada del fondo del problema, la producción. Y si no existe, habrá que inventarla.
El capitalismo se ha globalizado y en su devenir sin sentido pide más sacrificios y tributos. Nos estamos acercando a momentos realmente duros, estamos cruzando líneas ecológicas de las que no conocemos aún las consecuencias y el movimiento en conjunto está más débil y desorganizado que nunca. Aún así las bases son sólidas, somos una generación preparada, comprometida y fuerte. A nosotros nos toca luchar por el legado que nuestros padres y abuelos nos dejaron, superarlos, tenemos mucho trabajo y poco tiempo, aún así no solo venceremos sino que convenceremos. Peoples of Europe, Rise Up! ¡Globalización socialista o barbarie!
Salud.

3 comentarios:

  1. Bueno, está bien, todo lo que sea darle vueltas al coco. De todos modos veo que aún tienes fé en el ser humano y en su capacidad para unirse, organizarse y hacer algo bueno a nivel global, yo creo que si una persona evoluciona y madura con normalidad, sin prejuicios y con sentido crítico éstas son sensaciones y creencias que van desapareciendo con el tiempo, quiero decir que uno va perdiendo la confianza en el género humano, es más estoy concencido (aproximándome a la conciencia ecológica que tú planteas), que lo mejor que le podría ocurrir al planeta tierra es que la raza humana se extinguiera por completo. Y ojo, no me considero un derrotista, ni un pesimista, al contrario estoy alineado con la ironía y el cachondeo. Si quieres, y a riesgo de pareceder pedante, es que estoy de vueltas de casi todo. Yo si tuviera que creer en algo no sería en grandes revoluciones, ni en nuevas formas de organización social, ni en cambios estructurales, abogaría más bien por el cambio interior, personal, en la ética y la moral individual sin pensar en lo que hagan o dejen de hacer los demás, ser consecuente con uno mismo, con unos buenos valores y una recta manera de proceder y sobre todo mucho sentido común y nada más. Sólo un tema para la reflexión te voy a plantear y creo que sí sería una vía a explotar para darle al capitalismo donde más le duele y conseguir hacer cambiar las cosas: el poder de los ciudadanos como consumidores, déjate de socialismos y piensa en cómo una gran asociación de consumidores en la que actuaran todos a una o una conciencia colectiva potente sobre qué consumir y qué no podría crear un mundo más justo y en el que nos tomaran menos el pelo.

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  2. Gracias por comentar, me alegra saber que hay alguien al otro "lado".

    Lo que intento plantear es que de nada sirve cualquier planteamiento colectivo si no existe lo que podríamos denominar conciencia individual. El hecho es que creo que ya existe esta conciencia individual: miembros de asociaciones, voluntarios, activistas políticos, miembros de asambleas, ... También soy de la idea de que la conciencia individual por si misma no es suficiente si no se organiza en una conciencia colectiva con objetivos comunes.

    La conciencia colectiva también existe (son estas mismas organizaciones, asambleas, ...), pero en un mundo donde las agresiones nos vienen de entes globalizados empiezan a no ser suficientes y quedarse solamente en unos cuidados paliativos. Existe la necesidad de la conexión y coordinación de las conciencias colectivas para dar respuesta a estas agresiones.

    La idea es crear el marco, la metaestructura que permita la coordinación y la conexión. En conclusión, la conciencia colectiva debe trabajar en dos vías, la vía local y la vía global, ambas necesarias.

    Una de los posibles proyectos con necesidad de conexión y coordinación sería una conciencia colectiva de consumo crítico. Hay asociaciones de consumo crítico, asociaciones de consumidores, productores, asociaciones de comercio justo, ¿por qué no conectarlas y coordinar una estrategia común?, es más, ¿por qué no pedirles que propongan un proyecto político en post de un consumo más responsable, ético y sostenible?, ¿por qué no unir este proyecto de consumo con un proyecto ecológico o de otra índole?

    Espero que se entienda el fondo de la cuestión que intento plantear.

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  3. Tengo yo un librito que te iba a gustar: "El mercado y la globalización" de Jose Luís Sampedro. http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/sampedro/obras-mercado.htm

    Y ahora vamos a ver si atraemos a más gente.
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