"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

martes, 31 de mayo de 2011

Manifiesto #quedadatuitera15m #acampadamurcia

Este es el manifiesto que hemos elaborado un grupo de personas como fruto de #quedadatuitera15m, un punto de encuentro, reflexión y crítica constructiva sobre el 15m y en particular sobre #acampadamurcia.

Ha sido leído íntegramente en asamblea general. Es de libre difusión.

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Quienes somos
  • Somos un grupo de personas afines al movimiento 15m. No estamos acampados, pero sí indignados. Algunos participamos o hemos participado en grupos de trabajo o comisiones de acampadamurcia, otros colaboramos o hemos colaborado apoyando, recopilando o difundiendo información por internet. Y todos seguimos interesados en continuar colaborando en el movimiento 15m en el que estamos involucrados desde el primer día. 
  • Hemos sido participes de esta asamblea en mayor o menor medida, siempre dentro de nuestras posibilidades, hemos continuado los debates por twitter y otros medios en internet, intentando que llegase nuestra opinión a todos, ya que algunos no podían asistir regularmente a las asambleas. Después de algunas discusiones hemos venido a exponer algunas de las ideas que hemos llegado a consensuar entre nosotros.
  • Tenemos la convicción de formar parte de una asamblea de la que todos nos sentimos miembros y partícipes. Nos mueve un espíritu crítico y constructivo, por ello hemos decidido subir aquí para presentaros una propuesta que esperemos que sirva para la reflexión y la evolución de un movimiento del cuál todos somos una pequeña parte.
Por qué estamos aquí / qué queremos
  • Estamos hoy aquí, en primer lugar, para reconocer y agradecer el trabajo desinteresado de los acampados y de los miembros de las diferentes comisiones que componen acampadamurcia.
  • Apoyamos la acampada y ante posible desalojo o desmantelamiento, creemos imprescindible fijar objetivos y prioridades realistas que nos permitan unir esfuerzos para conseguir los cambios que todos queremos.
  • Apoyamos la celebración de asambleas periódicas independientemente de la continuidad o no de la acampada que permitan mantener vivo este movimiento que estamos creando entre todos los indignados, acampados y no acampados. No queremos que muera, queremos que tenga éxito más allá de la existencia de la acampada.
  • El día 15 de Mayo tomamos la calle 10.000 personas unidas por un manifiesto, ¿por qué no somos ahora esa misma cifra de gente que salió a la calle aquel día? Creemos que es posible y necesario que toda esa gente apoye el movimiento.
Objetivos del movimiento y consenso de mínimos 

Para conseguirlo, proponemos los siguientes objetivos:
  • Informar a la ciudadanía de los principios del movimiento con un consenso de mínimos aprobado mediante votación en asamblea  promocionando la participación y su integración en el mismo.
  • Llevar los principios del movimiento a los barrios, pedanías y al resto de municipios de la región, promocionando la constitución de nuevas asambleas vecinales y de barrio.
  • Coordinarnos con las asambleas de otras ciudades y realidades, incluyendo y sobre todo las de otros países. Unos principios comunes al resto del movimiento en otros lugares son fundamentales.
Acordar un consenso de mínimos respecto a nuestras reivindicaciones, como han hecho ya en otras acampadas. Consenso de cuatro líneas de debate en acampada sol:
  • Reforma electoral encaminada a una democracia más representativa y de proporcionalidad real y con el objetivo adicional de desarrollar mecanismos efectivos de participación ciudadana.
  • Lucha contra la corrupción mediante normas orientadas a una total transparencia política.
  • Separación efectiva de los poderes públicos.
  • Creación de mecanismos de control ciudadano para la exigencia efectiva de responsabilidad política.
Qué proponemos
  • Votación en asambleas, hay gente que dice que es imposible, hagamos la prueba como en otras acampadas: ¿Queremos mantener vivo este movimiento? Los que estén en desacuerdo que crucen los brazos, por ejemplo. ¿Nadie los cruza? ¿Solo dos o tres? Bien, entonces hay consenso.
  • La creación de nuevas comisiones y los trabajos de las comisiones deberían ser refrendados aquí, en la asamblea general. De esta forma conseguiremos sentirnos todos un poco más partícipes y practicaremos la democracia real y participativa entre todos. 
  • Cualquier persona que participe en la asamblea general podrá realizar propuestas que serán votadas en las asambleas por el resto de la gente.
  • Las acciones deberían ir encaminadas solamente a la consecución de los objetivos del movimiento planteados.
  • Una organización que empiece a funcionar independientemente de que siga o no la acampada, llevando a cabo otras acciones de presión social y de participación ciudadana mediante asambleas periódicas permanentes de máxima representatividad.
  • Colaboración, adhesión y consenso máximo con otras plataformas del movimiento en España.
Dicho todo lo anterior, nos gustaría realizar una pequeña acción, a modo de experimento. Juguemos todos a que hacemos una votación en asamblea pero con una salvedad: que levante la mano quien NO esté de acuerdo con el punto a votar. Vamos con los puntos a poner en consideración del pueblo soberano:
  • ¿Quién NO está de acuerdo en tener voz y participar en la toma de decisiones, mediante el voto en la asamblea general?
  • Preguntar por cada punto de los consensuados en la acampada de Sol individualmente y aclarando que quien NO está de acuerdo es quien debe levantar la mano.
Agradeciendo vuestra colaboración en nuestro pequeño experimento, queremos pedir que esto se incluya en el acta de la asamblea.

Para terminar, nos gustaría invitar a todos, presentes "en cuerpo" y presentes por cualquier otro medio, a dedicar/compartir un tiempo para la reflexión. Una reflexión sincera y profunda que nosotros ya hemos decidido emprender y que mantenemos a cada momento. Una reflexión que nos ayude, como individuos, a entender, en toda extensión de la palabra, hasta dónde debemos defender todas nuestras ideas/necesidades personales en pro del bien común.

Decía Goethe: "No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino."

Todos quienes creemos en esto que intentamos llevar adelante creemos, de una forma o de otra, en la gran belleza de lo ocurrido. Por favor, tengamos siempre presente lo que dijo el poeta noruego Henrik Ibsen: "La belleza es el acuerdo entre el contenido y la forma."

Muchas gracias por ser y por estar.

Murcia, treinta de Mayo de 2011
#quedadatuitera15m

sábado, 28 de mayo de 2011

El peligro de La Ola en #acampadamurcia

La propuesta es clara, la Asamblea General de la Acampada de Murcia debe ser la única con poder de decidir y las comisiones deben ser únicamente órganos de propuesta y ejecución. Digan lo que digan, yo he estado allí, y en los últimos días nada, absolutamente nada se ha votado en la Asamblea General y todas las decisiones se han tomado en las comisiones. Lo único que se ha hecho en los últimos días en Acampada de Murcia es arengar a las masas para que aplaudan las intervenciones de los ponentes, actitudes más propias del fascismo que de los que nos alzamos el 15 de mayo en busca de más democracia, participación y transparencia.

Ayer 27 de Mayo usé el micro abierto para advertir de está situación, desgraciadamente la propuesta que hice ni siquiera ha sido reflejada en el acta de este día publicada en el blog de la acampada. Os dejo el texto de mi intervención.

Por favor, reflexión.

¿Alguien ha visto la película de La Ola? ¡Vamos!, animaros, que aquí no se viene solamente a escuchar y a aplaudir o hacer gestos, también se viene a participar.

A los que la habéis visto me alegro de ello, a los que no, os la recomiendo. La película trata de un profesor que imparte clases a adolescentes en un pueblecito de Alemania. En el trascurso de una clase plantea a los alumnos la siguiente cuestión, ¿creéis que el fascismo se podría dar en nuestra época?, ¿ahora en Alemania? Los alumnos obviamente pues respondieron lo que seguramente muchos de nosotros hubiéramos respondido, que no, que era imposible, que estamos en democracia, ... Ante esta respuesta el profesor decide hacer con los alumnos un experimento sociológico, les hace formarse como grupo, con unos ideales, unos símbolos como esta camisa blanca y el gesto y al final, bueno, no voy a contar el final por si alguien quiere verla pero demuestra lo fácil que movimientos tan despreciables como el nazismo y el fascismo pueden darse en la actualidad. La película está basada en hechos reales.

Voy a intentar transmitiros una reflexión que llevo haciendo estos días atrás y bueno, he decido armarme de valor para plantarme aquí y decirla en voz alta. Seguramente diré cosas que os gusten más y otras que os gusten menos, si dijera algo que os gustara mucho os pediría que no aplaudieseis ni hicieseis gestos, solo quiero que escuchéis durante 3 o 4 minutos.

No se si conocéis como surgió el fascismo en Italia, pero nació de movimientos sociales, nació de movimientos de trabajadores, y en época de crisis, como lo que está sucediendo ahora. Mussolini se ve que era un ser atrayente, hasta Gandhi, el Gandhi del que todos hemos oído hablar, después de una visita a Italia dijo de él que era un verdadero superhombre, alguien inalcanzable. Y sin embargo fijaros en todo el dolor y el sufrimiento que generó el fascismo y el nazismo.

Es fácil dejarse llevar por las arengas, por el fervor de la lucha; pero la línea que nos separa del fascismo es más delgada de lo que parece. Con esto no quiero decir que esté ocurriendo en este momento, es más, la organización de la acampada me merece un gran respeto por la gran labor que están realizando, lo mejor que saben y de forma desinteresada. No, pero muchos subirán aquí donde estoy yo, y seguramente en un primer momento tendrán buena voluntad, y los reconoceréis porque dirán que confiéis en ellos, que ellos saben como poner en su sitio a los políticos, que tengáis paciencia que acabaremos con ellos, y por qué no, que los pasaremos a todos por la guillotina. Tenéis que recordad que el verdadero ser del revolucionario parte de un amor profundo al ser humano, de un humanismo radical, y no del odio. Hay que estar atentos porque quizás, cuando nos demos cuenta ya no se pueda rectificar.

La única vacuna contra esto es que seamos críticos con todo lo que acontece a nuestro alrededor y no nos dejemos llevar. Tenemos que pensar todos, aquí y ahora por qué estamos aquí, que nos ha traído hasta aquí, que es lo que nos motiva a estar aquí y actuar en consecuencia con ello. Yo os voy contar que me ha traído hasta aquí, me ha traído el ansía de democracia, participación y de transparencia.

Volviendo con Gandhi, él dijo que no hay camino para la paz, que la paz es el camino; y yo diría que la democracia no está allí lejana y debemos alcanzarla, no, sino más bien que la democracia, la participación y la transparencia son en sí mismas el camino. No podremos gritar a la sociedad que queremos todos estos principios, que confiamos en ellos, que creemos en ellos, si no hacemos gala de esta democracia, aquí, en esta plaza, ahora, entre todos.

Sed muy celosos con estos principios, sed muy críticos, que no os los roben, tened siempre presente que os trajo aquí y actuad en consecuencia. Esto es corresponsabilidad de todos.

Como seguramente estos conceptos que acabo de transmitir son un poco abstractos, para llevarlos a la práctica, para que practiquemos en esta plaza la democracia, la participación y la transparencia, propongo que las conclusiones y las acciones de las comisiones, la creación de nuevas comisiones y los comunicados de la acampada deban ser debatidos y votados aquí, en esta asamblea general, antes de ser llevados a la práctica.

El gesto de levantar o no la mano en señal de voto es lo que realmente da miedo, es lo que realmente tiene fuerza. Aplaudir y gritar, bueno, está bien, te hacen identificarte con una idea, pero no deja de ser como espectador de un espectáculo, de un show, como cuando se aplaude a un equipo de fútbol en el estadio. Pero alzar la mano en señal de voto no solo te hace ser partícipe, sino que te hace ser corresponsable de lo que se vota, adquieres un compromiso con lo votado.

Yo, entre otras razones, pero principalmente, salí el 15 de mayo y vengo aquí para poder decidir nuestro futuro colectivo, entre todos. Hagámoslo realidad, aquí, ahora, ya.

Gracias.”

miércoles, 25 de mayo de 2011

#acampadamurcia, cuando la revolución es de todos

Propuestas para dinamizar las estructuras de crecimiento.

Se ha abierto un intenso e interesante debate en el espacio alternativo sobre cual debería ser el camino que han seguir las acampadas instaladas en las plazas de España, cual es su misión, a que aspiraran y cuál es su fin último, algo que presuponemos, está todavía por definir. El debate y la opinión crítica es necesaria, y más desde lo ocurrido ayer, martes 24 de mayo, en Acampada Murcia.

Durante la mañana del martes 24 de mayo, un grupo de entre 50 y 80 ‘indignados’ irrumpió en las instalaciones de 7RM, entrando en ellas sin permiso con el fin de interrumpir su labor y leer un comunicado de denuncia contra la televisión pública murciana. Dicha acción provocó la primera muestra de debilidad del heterogéneo abanico de personas que forman parte de Acampada Murcia. La acción no estaba aprobada por la asamblea y en un primer momento, un comunicado de Acampada Murcia se desligaba de ésta afirmando “que Acampada Murcia sólo lleva a cabo acciones, manifestaciones y movilizaciones aprobadas en asamblea”. La misma noche del 24 en la asamblea diaria ocurrió, según mi modesto entender, un hecho grave, la comisión de Comunicación se retractó, afirmando que la acción en 7RM sí pertenecía a la acampada, para posteriormente pedir disculpas por la falta de coordinación en la transmisión de información entre la comisión de Acción y la Asamblea. Este hecho ha provocado el desconcierto y el desencanto entre algunas personas que apoyan y siguen Acampada Murcia.

Como decía, lo grave ya no es si la acción ha sido o no pertinente, ni siquiera si era el momento más adecuado, sino la falta de democracia y de transparencia de que se ha hecho gala durante toda la jornada. Nosotros, los que nos alzamos el 15 de mayo, pedimos aquel día una democracia real y participativa y más transparente; y sin embargo uno de los pulmones de esta revolución, Acampada Murcia, actúa de la misma manera que habría hecho un partido político al uso: cierre de filas, control de la información y arenga a las masas. Algo está fallando y posiblemente también esté fallando en otros lugares, por tanto animo a una reflexión pausada que nos permita profundizar en torno a cual debería ser nuestro papel y sobre como llevarlo a cabo.

Desde mi punto de vista, aún no existen asambleas como tales, más bien nos encontramos en un periodo constituyente de estas mismas, por lo tanto, todos los esfuerzos deben ir encaminados a la creación de una estructura sólida de decisión y de participación antes de cualquier otra acción. Solamente desde una estructura participativa, transparente y de democracia real podremos proponer a la sociedad estos principios. Una vez terminado este periodo constituyente los actores del mismo deben dimitir y la asamblea debe decidir unos nuevos actores. Si no se hace así se corre el riesgo de que ciertas personas, aún teniendo buena voluntad, se sientan imprescindibles, monopolicen las estructuras de poder del movimiento y caiga el desanimo en el resto. Que no suceda esto en Acampada Murcia está en nuestras manos.

Riesgos fundamentales que deberíamos evitar:
  • El fracaso. Tenemos ante nosotros una responsabilidad enorme. Un fracaso condenaría a la sociedad durante décadas al estigma de algo que una vez se intentó y no funcionó. No podernos permitirnos el lujo de fallar, en nada, por nada, para nada.
  • El fascismo o cualquier vertiente del autoritarismo. Hay que recordar que el fascismo nació de movimientos sociales y de trabajadores. No es difícil desviarse y hay que ser fiel, por encima de cualquier otra consideración, a los principios de democracia real y transparencia de las acciones que se vienen desarrollando por toda España desde el 15M,. No podemos permitirnos que lo que hoy ha ocurrido en Acampada Murcia se convierta en norma. La línea es más delgada de lo que parece y con la acción sobre 7RM se ha cruzado en cierta manera.
  • La falta de participación: Todo el mundo puede participar donde quiera, cuando quiera y como quiera. Es fundamental. Las comisiones de debate de expertos y profesionales pueden constituir un error de base. No se trata de hacer el mejor programa político de la historia, porque tampoco hace falta en estos momentos. Ahora mismo lo que hace falta es que todo el mundo se sienta parte íntegra y partícipe del movimiento.
Para reconducir la situación, mi propuesta que comparto como documento de trabajo a debatir y ampliar, es que se parta de un programa político que debe ser votado en asamblea. Este programa político debe hacer las veces de ideario o resumen de principios que por el momento deberían bastar. No somos un partido político para mandar leyes al parlamento, desde el principio, somos un movimiento cívico con una serie de exigencias que no nos toca a nosotros concretar, no hemos sido elegidos por nadie para ello, no tenemos legitimidad ninguna para hacerlo, más allá de nuestras ganas por construir un mundo más justo y las horas de nuestras vidas que estamos invirtiendo en configurar y mantener Acampada Murcia. Los partidos políticos son los que han de reinventarse bajo nuestra presión, nada más.

El consenso de mínimos que circula actualmente por la red debería bastar y me parece adecuado, lo reproduzco aquí:
  1. Reforma de la Ley Electoral. El sistema actual fomenta el bipartidismo y la alternancia en el poder mediante un reparto no proporcional de éste. Demandamos una ley electoral que garantice la equidad del voto, independientemente de la opción política y región en la cual se vote. 
     
  2. Democracia participativa. La democracia no debe consistir en conceder autoridad plena durante una legislatura. Los ciudadanos deben poder tomar parte en la toma de decisiones que afecten de manera trascendente a su futuro. 
     
  3. Intolerancia frente a la corrupción y transparencia gubernamental. Afirmamos que la corrupción ejercida por los miembros de los partidos políticos alcanza un nivel intolerable. Por ello demandamos una mayor transparencia en los partidos y las instituciones públicas, así como garantías de una separación fundamental entre los poderes del Estado.
Una vez que tengamos bien definidos los principios en los que se basa este movimiento social, hay que marcarse unos cuantos objetivos alcanzables, e ir actualizándolos según las necesidades y en función de como vayamos evolucionando. Mi propuesta es la siguiente:
  1. Mantener la integridad del campamento, es el pulmón del movimiento.
  2. Informar a la ciudadanía de los principios del movimiento, promocionando la participación y su integración en el mismo.
  3. Llevar los principios del movimiento a los barrios y pedanías, promocionando la constitución de nuevas asambleas vecinales y de barrio.
  4. Coordinarse con las asambleas de otras ciudades y realidades, incluyendo y sobre todo las de otros países. Unos principios comunes son fundamentales.
Estos objetivos deberán también ser votados en asamblea. Todas las acciones del movimiento deberán ir encaminadas a la consecución de los objetivos. No somos ningún sindicato para defender los derechos laborales de nadie, no hemos sido elegidos en ningún momento para ello. Los sindicatos están obligados a refundarse bajo nuestra presión, nada más.

La estructura en comisiones con cargos rotatorios es una buena idea de estructura para las cuestiones organizativas. Las comisiones deberían tener un responsable (rotatorio) y ser abiertas a la participación de cualquier persona. La información de como participar debe estar disponible y ser distribuida por todos los medios a nuestro alcance.

No debe haber portavoces del movimiento, solamente personas que comunican lo decidido en asamblea. Cualquier comentario o decisión de personas que no se haya votado en asamblea se tomará como hecha a título personal y si afecta al movimiento será desautorizada. No podemos permitir que ciertas personas controlen el devenir del movimiento saltándose la legitimidad de la asamblea. Todo comunicado del movimiento será votado en asamblea.

En cuanto a la comisión de debate, no creo que deba haber solamente una, más bien deberían haber varias mesas de debate según temáticas. En estas mesas de debate temáticas podrán participar cualquier persona que tenga interés. Su organización es interna y los participantes decidirán si precisan o no la asistencia de expertos o profesionales. Se debe hacer un esfuerzo por parte de la comisión de acción para promover la participación en las mesas de debate a asociaciones y movimientos sociales, los cuáles llevan mucho tiempo trabajando y con ideas y proyectos geniales.

Las asambleas son organismos de decisión fundamentalmente. Durante la semana las asambleas pueden ser informativas, votación de comunicados y seguir utilizando el micro abierto para que la gente pueda compartir su indignación. La asamblea del sábado por la tarde debería ser la de tomar decisiones, es cuando más gente hay. Se lee el punto de día y se lanza la propuesta, se deja un tiempo para que los asistentes puedan aportar su opinión sobre la decisión que hay que tomar respecto al punto del día y se vota. A continuación el siguiente punto del día y así. El domingo se debería volver a las asambleas informativas y de comunicados.

En cuanto a como comportarse en las asambleas, todos se sientan con los demás menos el que va a hablar y los técnicos de sonido. Todos forman parte de la asamblea y todos a la misma altura, independientemente de las responsabilidades que se tenga. Así es que todos nos sentamos con todos.

Para finalizar me gustaría que se comprendiera que este movimiento, bajo mi humilde punto de vista, no es el movimiento. Somos o deberíamos ser como alguien dijo un lobby ciudadano. No debemos aspirar a nada más porque sería una gran equivocación. Quizás de este movimiento surjan otras estructuras, partidos, sindicatos, asociaciones; pero el movimiento debe seguir siendo la plataforma donde los ciudadanos se sientan integrados y partícipes, un lugar donde poder canalizar su indignación.

Sin líderes, sin símbolos, sin banderas.

"La revolución debe realizarse en los hombres antes de realizarse en las cosas."

Pedro Luis López Sánchez – Twitter @estrateglobal

lunes, 23 de mayo de 2011

Un nuevo sentido común en #acampadamurcia

"La revolución debe realizarse en los hombres antes de realizarse en las cosas."

Acabo de llegar cansado a casa de la Plaza de la Revolución 15 de Mayo de Murcia. Cansado pero lleno de energía. No quería acostarme sin poner antes en valor algo que estoy sintiendo desde que paso horas en dicha plaza. Los psicólogos saben de la importancia de verbalizar, de hablar sobre lo que sentimos porque de esta manera somos capaces de identificarlo, de hacerlo presente y visible; por lo tanto voy a intentar verbalizar, hacer presente aquello que está escondido, que se está transmitiendo sin que nos demos cuenta y que está cambiando la forma de como entendemos el mundo.

Seguramente los que hayáis pasado algún momento en la plaza de vuestra ciudad donde hay acampadas habréis notado lo amable y gentil que es la gente, el buen rollo y la tranquilidad que reina, al menos en Murcia es así. Cuando se está sentado y sin querer manchas con tu pie el pantalón de tu vecino se convierte en un buen momento para una sonrisa, un intercambio amable de palabras y por qué no, de un abrazo. Este buen rollo llega a ser exagerado, pero natural.

Hoy me ha ocurrido un hecho revelador. Os intento poner en situación, se han repartido papeles y lapices (o similar) entre los cientos de asistentes para que escribamos propuestas de cambio o de actuación que posteriormente debían ser depositados en una urna. Ha llegado un momento en el que todo el mundo se ha levantado y no se sabía muy bien donde estaba la urna, pues la llevaba en las manos una chica que se movía entre los asistentes. Me he encontrado con una chica que no conocía de nada que también la estaba buscando, un sonrisa y un “¿te vienes?” ha bastado para que los dos unamos nuestros esfuerzos, nos asociemos o colectivicemos en post de un objetivo común, encontrar la dichosa urna. Parece un hecho banal, sin importancia, pero quizás en otro lugar no habríamos conectado de esa forma, tan natural, tan perfecta. Y parece que este buen rollo es también banal, pero en realidad contiene un poder de cambio impresionante.

Desde pequeños sufrimos el bombardeo de la filosofía y la ética imperante, y esta no es otra que la ética del individualismo. Se nos inculca que debemos pensar en nosotros mismos, en nuestro bienestar personal, en nuestros intereses particulares, en nuestra autoestima; yo, yo, yo. Se nos dice que si todos luchamos por nuestro interés particular, si somos egoístas, se creará un especie de equilibrio mágico de convivencia. Mentira, todo mentira. Frente a esta ética individualista se está alzando en todas las plazas de España y el mundo entero un grito silencioso de rebeldía, de decir basta, se acabó, queremos conectar, queremos decidir juntos, queremos mirar por los intereses de todos, de la mayoría. Esta nueva filosofía, esta nueva ética nos está cambiando, nos ha cambiado ya a la chica de la sonrisa y el “¿te vienes?” y a mí. La revolución ya está dentro de nosotros y como un virus la transmitiremos allá por donde vayamos, la llevaremos fuera de la plaza a todos los lugares por donde pasemos.

Escucho en muchas ocasiones menciones al sentido común. Pero si el sentido común se refiere a lo que entendemos por correcto respecto a la ética y filosofía imperante, no es sentido común a lo que deberíamos referirnos para afirmarnos en nuestros argumentos, al menos no al antiguo sentido común. En realidad, seguramente los que se refieren al sentido común están ya funcionando respecto a una nueva filosofía, a una nueva ética de lo colectivo. Entonces pues estamos hablando de un nuevo sentido común. Este es el gran cambio, el que llevaremos a toda la sociedad aunque las acampadas desaparezcan físicamente, una nueva filosofía está germinando de las cenizas de la antigua y debemos cuidarla, mimarla y desarrollarla. Muchos piden en la acampada de Murcia más política, pero este cambio es ya política, y quizás sea el paso más importante y difícil. Todo lo demás vendrá, no dudarlo.

El programa político, la ética y la filosofía que apenas se intuyó con la comuna francesa está resurgiendo aún con más fuerza en todas las plazas. Los últimos comuneros fueron fusilados en lo que se conoce como Muro de los Federados en el cementerio de Père Lachaise. Vaneigem escribió que para limpiar el Muro de los Federados con la sangre de sus asesinos, un día los revolucionarios de todos los países, se unirían a los revolucionarios de todos los tiempos.

Pues quizás haya llegado ya ese momento.

domingo, 22 de mayo de 2011

El nacimiento de una nueva Internacional

El 1 de febrero de 2011 escribí la primera entrada en este blog, La Estrategia Global. La intención de aquel artículo era plasmar la idea que circulaba por mi cabeza acerca de la necesidad de una nueva internacional y de como debería ser la estructura de la misma. Quisiera recordarlo ahora porque en aquel artículo planteaba que las bases de esta supuesta Internacional deberían ser las asociaciones y los movimientos sociales, en lo que podríamos denominar un movimiento de abajo a arriba, de la ciudadanía hacía las grandes instancias de poder, y no viceversa.

En este mismo blog, el 28 de febrero de 2011 escribí La rebelión árabe y la revolución permanente. Aparte de otras muchas cuestiones que traté en aquel artículo quiero destacar un párrafo en concreto:

(...) Nuestros países occidentales, “democráticos”, son la minoría burguesa explotadora del mundo que condena a la pobreza y a la miseria a la mayoría de los seres humanos de este planeta. No cabiendo esperar que la burguesía se rebele contra si misma, estamos asistiendo a la constatación de una rebelión de sur a norte, de los países subdesarrollados hacia los países desarrollados. Desde un punto de vista global todo parece tener más sentido, aunque reconozco que es demasiado pronto para hablar de revolución árabe, y menos aún de revolución global. (...)”

No es mi intención hacer autobombo, ni mucho menos, pero ya entonces tenía la intuición de que era posible que una revolución partiera de sur a norte, de los países subdesarrollados a los países desarrollados, de forma global, y que esta debería tener una estructura de red de asociaciones o red de movimientos sociales.

Mucho se está hablando de la naturaleza de la revolución que está en marcha en España y hacia donde nos podría llevar está explosión de descontento y de inteligencia colectiva. Ahora mismo escribo desde la acampada de Murcia. Quisiera resaltar una sensación que tengo en Murcia y que supongo que es extensible a las plazas de todo el mundo, y es la línea tan clara respecto a la necesidad de la internacionalización del movimiento. La diferencia respecto a Islandia precisamente es esa, no podemos quedarnos en España, el movimiento debe ser global.

Punset afirma que la parte del cerebro destinada al raciocinio es bastante más pequeña que la destinada a los mecanismos de la intuición, argumento que usa para afirmar que al ser humano no le ha ido tan mal usando la intuición y que deberíamos tenerla más en valor. Voy a hacer uso de ella aventurándome a lanzar una hipótesis que este momento es bastante remota. Bajo mi humilde opinión, y con todas las dificultades que surgirán en el futuro, estamos ante el nacimiento de una nueva internacional basada en los movimientos sociales, algo como el FSM pero con un programa político concreto, y con idea clara de la lucha de clases. Como dije en su momento, en la vía de radicalizar la democracia en todo el mundo.

Muchos de los que están ahora en las plazas seguramente no hayan leído a Marx, ni a Lenin, ni a Gramsci. Quizás no sepan nada del marxismo, ni de la lucha de clases. Aún así están dando una lección de praxis, de experiencia práctica y de inteligencia colectiva. Y lo están haciendo en la calle, en la mía, en la tuya, en la nuestra, en la de todos. Dejemos pues que busquen colectivamente a su manera aquello que veíamos tan lejos y que en estos momentos se vislumbra más cercano, el socialismo.

No nos fijemos en las urnas, estemos atentos a las plazas de todo el mundo. Las revoluciones son las locomotoras de la historia, y añado, las revoluciones se ganan en la calle.

viernes, 13 de mayo de 2011

(Pre)impresiones del #15m. La democracia de los trabajadores

El artículo en realidad podría tener muchos títulos, “Regeneración democrática”, “Democracia real y participativa”, “¿Por qué lo llaman democracia si no lo es?”, “No cumplir las promesas electorales debería ser delito”, “Ojo a Camps y la berlusconización de la política española” y un largo etcétera. Todas vienen a decir lo mismo, en realidad en este sistema democrático no decidimos absolutamente nada, y cuando no decidimos deciden por nosotros. El problema es que cuando nuestras vidas discurren más o menos tranquilas (económica y socialmente hablando) nos da igual, nos viene incluso cómodo que decidan por nosotros, pero he ahí que cuando las cosas se ponen feas y el que decide lo hace en su propio interés; entonces queremos decidir, pero ya no somos capaces, no sabemos, hemos estado pensando tanto en nosotros mismos y en nuestro bienestar individual que esbozar aunque sea una pequeña respuesta colectiva nos cuesta un esfuerzo tremendo.

Me gustaría que todos hiciésemos un ejercicio de imaginación. Imaginad que en algún momento de la historia de nuestra democracia los grandes partidos políticos se hubieran puesto de acuerdo para gobernar. Imaginad que hubieran decidido presentar proyectos políticos para las elecciones que luego no cumplirían, escenificar una lucha política en la superficie pero con proyectos políticos económicos y sociales idénticos en el fondo, imaginad que se hubieran puesto de acuerdo para no legislar sobre los problemas básicos e importantes de los ciudadanos de este país (vivienda, trabajo), no preocuparse, no avanzar, no gobernar, ser permisivos con la especulación. Imaginad que se hubieran puesto de acuerdo para enriquecerse con la corrupción, servid a los grandes capitales y retirarse con una vida más o menos boyante y asegurada. Lo triste es que todo lo dicho ocurre, sin necesidad de imaginar tanto, y aunque es probable que no exista ningún tipo de teoría conspirativa detrás, lo que sí se puede asegurar es que existe un interés compartido para que nada cambie, para que esta falsa democracia no evolucione.

Voy a decir una obviedad, pero entiendo que es necesaria, la corrupción no es un cáncer del sistema, no es una anomalía del sistema; la corrupción es parte íntegra del sistema democrático, inseparable del mismo. Desde que existe democracia, existe corrupción, incluso antes. En realidad, si miramos la situación con perspectiva, votamos cada cuatro años un proyecto político que es muy parecido a los proyectos políticos del resto de partidos y que además nunca es llevado a la práctica. Esta votación a un proyecto político que no se lleva a la práctica da legitimidad para que los actores de dicho proyecto político hagan y deshagan sin ningún tipo de control ciudadano, y encima se lucren él y sus amistades de su paso por el servicio público. No nos engañemos, la corrupción no es una cuestión de partidos, no es una cuestión de personas, la corrupción es el sistema en sí. Si IU, por ejemplo, gobernara en más sitios de donde gobierna, tened por seguro que existiría corrupción también en IU, pues sigue sin haber control ciudadano gobierne quién gobierne. Por lo tanto, en realidad, no decidimos sobre ninguna cuestión importante de nuestra vida en común, solamente decidimos quién se podrá enriquecer cada cuatro años de nuestro esfuerzo y nuestro trabajo.

Hace poco me hacía eco de una noticia en la que se recogían unas declaraciones de Cayo Lara, coordinador federal de IU, en las que afirmaba que “queremos hacer una dictadura”, “que las leyes se lleven al Boletín Oficial del Estado al dictado de los trabajadores, y no al de los intereses empresariales, por medios totalmente democráticos”, lo que podríamos denominar la dictadura de los trabajadores, aunque personalmente me gusta más el término democracia de los trabajadores. Y yo me pregunto, ¿qué proyecto político hay detrás para llevar acabo esta afirmación?, ¿de qué tipo de democracia estamos hablando? Porque si la democracia que se propone es un modelo de la democracia interna de IU, si lo que se está proponiendo es un estado burocrático, conmigo que no cuenten. A lo mejor estaba hablando de otro tipo de democracia más participativa y directa, pero ¿que otra democracia se puede esperar sino una proyección de la democracia que ya se práctica dentro de IU?, ¿que se puede esperar sino una superestructura a imagen y semejanza de la estructura de IU?

Entre las alternativas a la situación actual, en este momento de crisis, no solo financiera, sino de crisis sistémica, cultural y me atrevería decir incluso de crisis de valores; muchos desde la izquierda apelan a la unión de la misma para contrarrestar los envites de los mercados y de nuestras clases dominantes. Personalmente, esta obsesión de cierta parte de la izquierda por la unión sin saber muy bien en base a qué, sin tener un proyecto político concreto de objetivos, me recuerda mucho a la obsesión por el crecimiento del capitalismo, lo importante es crecer para que el castillo no se venga abajo. La unión no puede ser el objetivo, como tampoco lo es el crecimiento; la unión se construye en base a un proyecto político donde se marquen los verdaderos objetivos que debemos alcanzar como colectividad. En este sentido, leí hace unos meses un artículo de Julio Anguita, titulado Preparar otra guerra, publicado en marzo de 2011 en Mundo Obrero, en el que propone una serie de medidas para superar la situación actual, una serie de políticas en post de una salida social a la crisis. Por lo menos Julio Anguita propone un proyecto político de base para trabajar en una alternativa, pero con todos los respetos que me merece Julio Anguita, creo que no ha llegado al fondo de la cuestión, pues en el citado artículo solamente menciona una reforma de la ley electoral y nada sobre nuevas vías democráticas. El fondo de la cuestión, bajo mi punto de vista, es que necesitamos una nueva democracia, más participativa y directa, una nueva estructura en el que los ciudadanos tengamos más participación y control, necesitamos una revolución cultural de lo colectivo, con nuevos valores profundamente democráticos, realmente democráticos. Necesitamos un movimiento de abajo a arriba, regeneración democrática, y no tanto un movimiento de arriba a abajo, estatización.

La situación es difícil pero no es mala del todo. Mientras los partidos y sindicatos se han convertido en estructuras de poder alejadas de las bases que son incapaces por su propia constitución de dar cabida a los proyectos, ideas, reivindicaciones e ilusiones de los ciudadanos; las personas comprometidas y con buenas ideas que llevar a cabo, viendo que en estas estructuras no han podido realizar sus proyectos, han ido formando una red de asociaciones de todo tipo y movimientos sociales desde donde poder poner en práctica este compromiso social. Podemos decir que la acción política se ha dividido en dos, por un lado, el proyecto político se realiza sin el feedback de la experiencia práctica, y por otro lado las experiencias y proyectos de las diferentes asociaciones y movimientos sociales se quedan en lo práctico y no llegan a convertirse en proyectos políticos que lleguen a todo la ciudadanía.

Para conseguir una democracia más participativa y directa, necesitamos de estructuras de partido y sindicato democráticamente más participativos y directos. Para llegar a este tipo de estructuras debemos reunir las acciones políticas, la de partido y la de asociación, movimiento social o asamblea de trabajadores. Sueño con un partido en donde uno pueda llegar, elegir en que área social realizar un voluntariado (o militancia), poder realizarlo a través de una asociación, tomar decisiones asamblearias dentro de la asociación en la que se trabaja, participar en mesas de debate de su área social con otras asociaciones de donde saldrán las propuestas del proyecto político, votar directamente las ponencias de las mesas de debate, elegir a los representantes del partido que llevarán a la práctica el proyecto político y poder destituir a los representantes en cualquier momento cuando se alejen del mismo (del proyecto). Solo con los hechos y el modelo podremos transmitir que otra democracia es posible, una democracia de los trabajadores. Solamente será viable desde el ejemplo.

El #15m muchos saldremos a las calles para reclamar este tipo de democracia, pero como he comentado, no solo en relación a las administraciones públicas, sino también en relación a los partidos políticos y a los sindicatos.

El #15m, en definitiva, saldremos desahuciados, parados, autónomos, jóvenes, pensionistas, funcionarios, desempleados y en resumen trabajadores y trabajadoras; para denunciar el abuso de banqueros, políticos y grandes empresarios.

Bienvenidos, pues, a la lucha de clases. Las ideas de Marx siguen vivas.

Pedro Luis López Sánchez

domingo, 8 de mayo de 2011

Y yo que tengo que ver con las bodas de Paris y Helena

Llegué sobre a las dos y cuarto a la casa de mis padres, entre semana como allí (menos los viernes que no trabajo por la tarde), consecuencia de tener poco tiempo para comer y vivir a cuarenta minutos del trabajo. Ese día estábamos todos, incluidos los sobrinos, menos mi hermano pequeño que hace poco tiempo se fue a Mónaco a trabajar. En casa de mis padres siempre se ha hablado de política, se intenta evitar porque todos (yo el que más) defendemos nuestras ideas con vehemencia, nos cortamos unos a otros y alzamos la voz; pero al final se habla de política, algo inevitable. El tema del día era Osama Bin Laden, como no. Os prometo que me había jurado a mí mismo no dedicar ninguna entrada de este blog al asunto, por razones que más adelante intentaré explicar, pero ha sido inevitable.

La conversación empezó suave, mi madre comentó que bueno, que seguramente Osama Bin Laden mereciera morir pero de ahí a celebrarlo como si de un 4 de julio se tratase había un trecho largo, no veía bien celebrar la muerte violenta de alguien, por muy terrorista y enemigo de las democracias que sea. Las contradicciones propias del que recibe tanta información en pro de la ejecución de un ser humano por terrorista y enemigo de la libertad pero que en el fondo tiene un sentido de la justicia más humano. En seguida la conversación subió de tono, en esencia yo defendía la idea de que debe ser un juez quién decida si Obama Bin Laden es un terrorista o no, si ha cometido algún delito o no y quién debe administrar justicia, que me parecía muy peligroso el precedente de que un presidente pudiera mandar sus tropas a un país soberano, entrar en casa de un ser humano y de ejecutarlo (con la muerte adicional de otros seres humanos) con el beneplácito de la comunidad internacional; el resto defendían la idea de que estaba demostrado que Osama Bin Laden era un ser despreciable y mejor muerto que vivo. Salí de casa indignado, ¿como puede ser que mi propia familia justificara una ejecución?, ¿dónde nos lleva esto?, ¿como podremos avanzar hacia un mundo mas justo, humano e igualitario con sentimientos de odio y venganza?

Ya en el coche caí en la cuenta, otra vez han marcado la agenda política, otra vez el capitalismo con sus miserias. Mi sentido de justicia, que estoy convencido que comparte mi familia, nada puede hacer contra los sentimientos de odio y venganza con los que el capitalismo justifica la ejecución de un ser humano. La ética, la moral imperante en nuestro tiempo es así, potencia los instintos y sentimientos más primitivos y negativos que son fácilmente identificables por las individualidades que componen una sociedad de manera que consigue acallar las voces de la razón, la justicia y el verdadero resarcimiento de las víctimas, conocer la verdad y condenar a los culpables, a todos y cada uno de ellos.

Lo reconozco, cuando discuto no soy una persona instructiva, didáctica. Cuando discuto no intento que mis argumentos sean entendidos por las personas que participan de la discusión, sino más bien intento simplemente tener razón, y mis argumentos no llegan. No trato de llevar la conversación a unas argumentaciones alejadas del odio y la venganza, sino que intento combatir estos sentimientos que nos llevan a la barbarie y al fascismo directamente, y es imposible. El caso es que la idea principal que ronda mi mente al respecto de esta muerte ni siquiera la mencioné en la discusión familiar y voy a aprovechar para transmitirla.

Por lo que a mí respecta, Osama Bin Laden murió el 17 de diciembre de 2010. Ese día Mohamed Bouaziz, un joven vendedor tunecino se prendió fuego en el Gobernorado de su ciudad en Túnez, en un acto seguramente de desesperanza ante la continua humillación que venía recibiendo de la policía de su país. Un musulmán se mató, no para llevarse consigo a unos cuantos occidentales y conseguir así la vida eterna en el paraíso, sino porque no podía más. Este acto individual sin quererlo se convirtió en un símbolo de dignidad colectiva. Con esta muerte, con cada musulmán que ha salido a la calle reivindicando democracia, libertad y derechos humanos, con cada tunecino, egipcio, libio, yemení, sirio, argelino que han arriesgado su vida sumándose a esta revolución de dignidad colectiva, con cada grito, cada plaza llena; más muerto y enterrado estaba Osama Bin Laden, ajusticiado por los propios musulmanes.

Irónicamente, algunos intentan resucitarlo con su muerte física. No quería hablar de Osama Bin Laden porque no forma parte de mi agenda política, forma parte de la agenda política de los que lo crearon, promocionaron, armaron y cuando se volvió en su contra, ejecutaron. Tenemos nuestra propia agenda política, la agenda política de la revolución como motor de la historia, la de la democracia participativa y directa, la de los inmigrantes muertos en el mediterráneo para nuestra vergüenza, la de los sin techo, la de los parados, la de las familias que mezclan leche con agua porque no les llega para todo el mes, la de los explotados, la de los sin papeles, la de los encerrados en los centros de internamiento de extranjeros, la de los trabajadores. Hablemos de lo importante, y dejemos al capitalismo con sus miserias y sus guerras de las que nada tenemos que ver.

Nada tenemos que ver con que un nobel de la paz haya mandado ejecutar a un terrorista que sus propios servicios de inteligencia (del nobel de la paz) han creado a su imagen y semejanza. Nada tenemos que ver con los monstruos, miedos, miserias y escala de valores de los asesinos que matan a asesinos. Nosotros, trabajadores, nada tenemos que ver con las bodas de Paris y Helena.

Pedro Luis López Sánchez
La Estrategia Global - http://laestrategiaglobal.blogspot.com/